Se reabre el telón. Sabine ya no
está en casa, la luz continúa apagada, ella es alumbrada sorprendida, viendo lo
que los espectadores no pueden ver. –“¿Dónde estoy? ¿Qué ha sucedido? ¿Esto ha
sido todo un sueño?”- Camina por el escenario viendo alrededor –“¿Qué es este
mundo que no puedo ni concebir? ¿Qué es todo esto? ¿A dónde me ha llevado esa
puerta?”- Voltea al público y pregunta –“¿Ustedes lo ven? ¿Me he vuelto loca?”-
Nadie ve lo que ella ve. Se talla los ojos –“Es increíble. Abran los ojos, vean
lo que había dentro de la puerta… Nostromo tenía razón, es algo como nunca lo
había imaginado… Una idealización, un sueño… Véanlo…”- La luz comienza a encenderse
poco a poco dejando ver un bosque, un bosque verde, vivo y maravilloso.
Animales raros caminan en las ramas de los árboles; las nubes tienen rostros;
casa con forma de puerquito se van vislumbrando entre los árboles; una gran
escultura de un mago con cara de cerdo es llevada al centro de la escena por
unos honguitos vivientes; amanece en el cielo un sol rosa y feliz; tiene un
cohete en el ojo, como en una película antigua que tanto ama Sabine –solo que
en la película el cohete está en el ojo de la luna, no del sol- Un paisaje
magnificente se muestra ante los ojos de Sabine y los que le miran; ella
comienza a caminar viéndolo todo; las flores le sonríen; los animales en los
árboles le temen, pero tienen curiosidad de ella; cada que se les acerca éstos
huyen, pero inmediatamente comienza a alejarse de los árboles, los animales
vuelven a acercársele a verla.
-“¡Qué demonios! ¡Parece una
película de Disney! ¿Pueden creerlo? ¿Pueden ver lo que yo veo? Y parece un
paraíso deshabitado, todo mío…”- Hace una pausa y lo analiza –“Pero si es un
bosque deshabitado ¿qué voy a comer? ¿Quién construyó esas casitas? ¿Y esa
escultura? ¿Quién es ese mago? ¿Porqué las casas y el mago tienen cara de
cerdo? ¿Porqué el sol tiene cara de cerdo?”- -“¿Cara de cerdo?”- Le interrumpe
una voz grave y rasposa –“¿Quién dijo eso?”- -“¿Cómo que quién dijo eso, niña
majadera?”- Voltea y no ve a nadie –“¿Están oyendo eso también ustedes? ¿O
perdí la cabeza? ¿O es como hace rato que no veían lo que yo veía, pero poco a
poco lo fueron viendo también?”- Lo dice hacia el público –“Claro que ellos me
pueden ver, niña, solo tú eres tan arisca
como para no notarme ¡Soy enorme y aún así no puedes verme!”- -“¿Dónde
estás?”- -“¡¿Cómo que dónde estoy?! ¡Donde siempre he estado, casi nunca me
muevo! Bueno, lo hago cuando tengo sueño…”- -Casi nunca te mueves, más que
cuando tienes… oh, no… definitivamente no puede ser”- Sabine voltea hacia
arriba y ve que es el sol el que le está hablando –“No puede ser,
definitivamente debo de estar soñando… seguro mi mamá me mandó a mi cuarto y me
quedé dormida soñando que escapaba…”- -“¿Soñando que escapabas? ¿De dónde
escaparía alguien como tú? ¡Seguro de dónde vienes todos te vitorean por lo
extraña y extravagante que eres”- -“Osea, estoy hablando con el sol, y el sol
me está diciendo extraña y extravagante”- -“Jajaja ¿con quién hablas? ¿hablas
para ti misma? ¿Y porqué no te diriges hacia mí, si es conmigo con el único que
ahora puedes conversar?”- -“¿Cómo puedes hablarme, sol?”- -“¿La verdadera
pregunta es cómo puedes hablar tú? ¿De dónde ha salido tan peculiar creaturita?
Créeme que soy muuuy viejo y nunca había visto algo tan raro como tú”- Sabine
va a hablar, pero el sol la interrumpe –“Y créeme que he oído a muchos hablar
de alguien como tú”- -“¿A muchos hablar…? ¿Quién ha hablado de mí?”- -“Muchos”-
-“¿Dónde están todos? ¿Dónde me encuentro?”- -“Oh niña, pero estás en casa
¿cómo es que no la reconoces?”- -“Si nunca habías visto a alguien como yo ¿cómo
sabes que estoy en casa?”- -“Niña, te he dicho que he oído hablar de ti. Muchos
de los aldeanos hablan todo el tiempo de ti… Hablan tanto, y han hablado tanto
tiempo que honestamente dudé que algún día volverías”- -“¿Volver? ¿Si dices que
has estado tanto tiempo acá seguro entonces me viste venir alguna vez ¿no?”- -“Soy
viejo, sí; pero no tanto”- -“¿Estás diciendo que yo soy más vieja que tú?”-
-“Por supuesto, tú eres más vieja que todo”- -“¿Qué? ¿Tan mal me veo?”- -“Te
ves como todos dicen que siempre te has visto. Intrigante”- -“¿Intrigante, eh?
Eres el hombre que me ha tratado con más galantería en mi vida, y ni siquiera
eres un hombre…”- -“Jaja ¿qué dices, niña? ¡Por supuesto que no soy un hombre,
soy un sol! ¿Qué no me ves? Eres tan fascinante como todos lo habían
mencionado, pero no eres tan lista como se dice… Por momentos creo, claro, solo
por momentos, que hasta yo soy más brillante que tú”- -“¿Más brillante que yo?
No lo digas, eres un sol…”- -“Jajaja, ¡basta, me sonrojas!”- Sabine pone la
mano en su mejilla –“Dime, sol, ¿tienes tú algún nombre?”- -“Pues claro, es
Sol, ya lo has dicho antes tú… tú misma que bautizaste”- -“¿yo? Pero si nunca
me habías visto…”- -“No, pero oí las historias de que tú fuiste quien así me
llamó…”- Sabine suspira, comienza a cansarse… -“Sol ¿quiénes son los que te han
hablado de mí?”- -“Pues quien más me habló de ti fue el rey mago, el rey mago
era el aldeano más listo que hay vivido desde que conozco. Él no hacía otra
cosa que hablar de ti. El rey mago gustaba de jugar con las estrellas; su juego
era tan interesante que desde detrás de las montañas yo observaba. Todos lo
hacíamos. Movía las estrellas con una gracia como la del aire moviendo las
hojas otoñales al atardecer. Él nos hablaba de ti, nos dijo que tú nos creaste,
que algún día regresarías, y también que después te marcharías… que tu
naturaleza es la del tiempo… que no puedes quedarte a esperarnos continuar… tú
sigues y no esperas… y no es algo malo, no es algo desdichado, solo es tu
naturaleza, y ¿quién podría culpar al aire por brindarnos frío si también nos
salva del calor? Jaja ¡Imagina! ¿Quién podría culparme a mí de bañarlos con
calor si soy quien los absuelve del frío? ¡Vaya mundo que inventaste niña!”-
-“¿Y porqué tienes un cohete en el ojo?”- -“El mago nos contaba una historia
también. Él decía que tú me creaste así conmemorando una de tus historias
favoritas, una en la que un grupo de personas vencía a la noche y llegaba a
otro astro que se llamaba la luna… nunca la he visto, pero pienso que debe ser
hermosa… En fin, éstas personas alcanzaban la luna cayendo en su ojo, y ya
dentro de la luna, tuvieron muchas y muchas aventuras… Si no mal recuerdo, esa
luna también era llamada Meliés”- -“¿Meliés? ¿Así se llamaba la luna?”- -“Jaja,
es lo que recuerdo… recuerda tú, que ya te he dicho que soy muy viejo”- -“¿Y
qué fue del mago?”- -“Yo, que soy tan viejo, he tenido que ver el efecto del
tiempo en los aldeanos… y los aldeanos se acaban… no le soportan… llega un
momento en el que, como las estrellas al amanecer, también se apagan… eso le
pasó al rey mago hace mucho, mucho tiempo”- -“Lo siento Sol…”- Sabine mira a
las cabañas y pregunta nuevamente –“¿Y los aldeanos? Los mencionas demasiado,
pero no veo más que ardillitas raras correr por los árboles”- -“Oh, es cierto,
los aldeanos… los debes extrañar muchísimo… hace tanto que no los visitas”-
-“Ehm… no los conozco”- -“Tonterías, tú los has creado, y por eso sabes que no
tardan en volver”- -“¿A dónde han ido?”- -“Pues si quieres que lo reitere por
supuesto que lo puedo reiterar ¿a dónde más irían como cada 25 de abril?”- -“¿A
dónde?”- -“Pues a los partidos de Mis´d-fut”- -“¿Qué?”- -“El Mis´d-fut es el
deporte característico de los aldeanos, existe desde que se sabe que se
existe”- -“¿Es algo así como el fútbol?”- -“Imagino que sí…”- -“Patrañas, ahí
está la prueba de que lo que dices solo son tus invenciones…. Yo detesto el
fútbol”- -“Ohhhh… Entonces ahora lo comprendo”- -“¿Qué comprendes, Sol?”-
-“Desde que recuerdo, desde el punto en el que me encuentro, cuando miro al
horizonte, veo cuanto existe en la existencia… sin embargo, lo único que nunca
he podido mirar, son los tan añorables partidos de Mis´d-fut… Nunca comprendí
porqué cada 25 de abril, todos los aldeanos desaparecían hacia la nada diciendo
que se iban a los partidos anuales, y yo nunca pude ser partícipe de alguno”-
-“No entiendo… No entiendo es lo que ahora comprendes”- -“Si tú inventaste el
mundo e inventaste el Mis´d-fut, tú inventaste la ausencia y la
desvanecencia…”- -“¿Qué?”- -“El mago siempre nos habló de tu necesidad por tu
soledad, el altar al espacio y privacidad. Él sabía muy bien que siempre te
gustaron los momentos a solas ¿cómo más los instaurarías si no fuese gracias al
Mis´d-fut?”- -“Vaya Sol, sí que tienes respuesta a todo lo que se me ocurra”-
-“Jaja, muchas gracias su alteza, si soy así es porque tú me creaste de ese
modo”- Se escucha un sonido de cuerno aerófono a lo lejos –“Oh, mira, han
terminado… el juego ha terminado, y como siempre, te aseguro que ganó tu
equipo”- -“¿Mi equipo? … ¿Me llamaste “su alteza” hace unos minutos?”-
El aerófono vuelve a sonar y
comienzan a salir de entre los árboles pequeñas personitas con cara de cerdo.
Todos vienen exhaustos, pero muy contentos por su juego de Mis´d-fut. Vienen
distraídos, hablando entre ellos, y de pronto emergen algunas figuras
conocidas, de entre los pequeños puerquitos sale Trooper con Alvin y Eloy, los
tres con sus distintivas chamarras de jugadores de fútbol americano, pero con
narices porcinas. –“Sabíamos que tú anotarías el gol de la victoria Troopig”-
Dice Alvin emocionadamente; Eloy añade –“Alguien tan guapo como tú no tenía
ningún otro destino que ese, Troopig, esos honguitos lo pensarán dos veces
antes de volver a meterse con la aldea”- -“Siempre he sabido que soy el mejor
en los deportes”- dice creídamente Trooper. Los siguientes conocidos en aparecer
son Germán, Algercito y Lulú, igual que en el caso de los jugadores, todos
tienen nariz de cerdo. Entre los otros también irán apareciendo Britany y el
resto de las porristas. Todos siguen platicando de su fabuloso evento de 25 de
abril.
Entonces Germán se percata de su
presencia. –“Madre mía. Mi bisabuelo no mentía”- -“¿Germán?”- Sabine y Germán
quedan frente a frente. Al toparse, todos se dan cuenta de quién se hallaba en
su aldea luego de tanto tiempo: Su emperatriz. Mientras, más y más puerquitos siguen
llegando, también llegan honguitos y otras creaturas de razas diferentes. –“Mi
bisabuelo me contó historias e historias de tu existencia, pero nunca creí que
fueran ciertas…”- -“¿Germán? ¿De qué hablas?”- dice Sabine extrañada –“Dios, es
ella ¿no es así?”- continúa Algercito –“¿Es la emperatriz?”- -“¿La emperatriz?
¿De qué hablan chicos, ¿porqué todos tienen narices de puerco?”- -“Es ella.
Deberíamos de saludarla como se debe”- Algercito menciona y Germán le responde
–“¿Pero cómo sería eso? ¿Cómo seríamos tan aptos para recibir algo tan grande,
algo tan bello?”- -“Como nuestros abuelos nos enseñaron”- -“Oh, es cierto,
siempre no lo dijeron”- -“¿Qué? ¿Quién es ella? ¿Porqué es tan rara?”- dice
tontamente Lulú. Algercito le responde –“¿Cómo que quién es ella, tonta? Si es
nuestra emperatriz, nuestra creadora, la predicha en los textos de nuestro rey
mago”- -“¡¿Es ella?!”- -“Sí, tonta, reverenciémosle”- -“¿Cómo?”- -“Como se nos
enseñó que lo hiciéramos el día que sucediese: De rodillas.”- En ese momento Algercito,
luego Germán y luego Lulú se arrodillaron. Adela pregunta a Mariana –“¿Qué es
lo que está sucediendo? ¿Porqué el consejo se ha puesto de rodillas?”- Mariana
responde –“Es la emperatriz… arrodillémonos también”- Todos, incluyendo a
Trooper y los suyos, y el resto de los llegantes fueron arrodillándose rodeando
a la que llamaban “Emperatriz”. –“¿Qué hacen? ¿Porqué se arrodillan? ¿Sol?”- El
sol le sonríe, alza una ceja y solo con su gesto le recuerda que ella ya sabía
porqué lo hacían; no obstante, la extrañeza nunca logró escaparse de la
homenajeada.
–“Oh salve nuestra Emperatriz
retornante, promesa de los reyes de pasado, sustento de nuestros días del
mañana”- clama Algercito, y el resto de la audiencia le responde –“Oh salve
Misfit, reina de la aldea y de todo lo que le rodea”- -“Misfit. Me han llamado
Misfit al unísono… Talvez pueda aguantarme a tanto aplauso y gimoteo después de
todo”- Se dice Sabine a sí misma.
Un puerquito llega corriendo y
les ve a todos de rodillas rodeándole y grita –“Señor Maul, señor Maul… ¡El
Alcalde Rey viene de regreso, si ve toda esta faramalla se enojará con usted y
todos los festejantes!”- El puerquito ve a quien reverencian y cierra con un
–“oh… ahora veo”- En ese momento, del lado derecho del bosque emerge el Alcalde
Rey Cerdo, un puerco gigantesco con corona y manto real postrado sobre un trono
majestuoso instalado en un carrito jalado por muchos puerquitos y honguitos
esclavos. El gran animal destaca incluso por encima del más alto de los
jugadores de Mis´d-fut. Y cuando finalmente está totalmente dentro de escena
exclama –“¿Qué pasa aquí? ¡¿Qué demonios está pasando aquí?!”- La entrada y las
preguntas claramente le recordaron a Sabine los momentos cuando Godinez emergía
de su carro defectuoso corriendo a Nostromo. El puerquito que antes trató de
persuadir a Germán le dice –“Señor, yo antes he visto lo que hacen, y les he
tratado de advertir que no lo hicieran, puesto estaba próximo a llegar, pero al
ver porqué lo hacían los entendí por completo”- -“¿Qué? ¡¿Qué diablos dicen
Pigette?! ¿Los estás justificando?”- -“Pues señor, usted también los entendería
si viese a quien se postra en medio de ellos mirándonos con extrañeza”-
-“¿Quién? ¿Quién es ese o esa que dices? ¡Si por alguien se arrodillaran los
aldeanos, sería por mí, no por un cualquiera desconocido!”- -“Señor, mírela por
favor, no quiero ser yo el grosero ni contra su persona ni contra la de ella”-
-“Ok, ok, esclavos, tráiganme mis lentes”- Un honguito sube al carruaje con
unos lentes y se los pone al Alcalde –“A ver, a ver, veamos lo que causa
semejante conmoción”- Se ajusta bien los lentes, enfoca la mirada y la ve, la
ve con gran detenimiento, por unos segundos queda enmudecido. –“Santo dios
cerdo”- Mira hacia al cielo, el sol le sonríe, y luego pone su mano sobre su
frente, la pasa hasta llegar a sus gigantes cachetes –“No puede ser cierto”-
-“Lo es, señor Alcalde Rey”- menciona el sol –“¿Y entonces qué procede?”-
-“Actuar como te enseñaron tus ancestros ¿De qué otra manera actuaría Sr.
Alcalde?”- El Alcalde vuelve a dirigir la mirada hacia Sabine, y como si ella
no le escuchara, continúa –“¿Y cómo sé que es la verdadera ella?”- -“Lo es.
Simplemente lo es. Yo lo sé, tú lo sabes, ellos lo saben”- -“Oh demonios, tenía
que pasar un 25 de abril”- Sus manos, ansiosas, juegan entre ellas, Sabine no
sabe qué decir así que le deja ser. El Alcalde balbucea nadas para sí mismo, y
finalmente se recarga en su trono, bajando los brazos resignado a lo que parece
ser verdad; su cabeza mira hacia arriba y exhala un respiro de aire porcino y
vuelve a mirarle. Los aldeanos están ansiosos por ver qué sucederá ahora que su
verdadera emperatriz ha arribado.
-“Tú eres Sabine, la Emperatriz
Misfit”- Se corrige de inmediato –“Disculpe, usted es Sabine, la emperatriz
Misfit; la creadora de nuestra aldea, y de nuestro mundo también ¿es cierto
eso?”- El pueblo entero le voltea esperando se revele ella misma. Con mueca de
duda ella responde titubeante –“Ehm… eso creo…”- La respuesta y más que nada la
manera no dejan de todo convencido al Alcalde –“No le veo convencida del hecho
de la seriedad del asunto, su majestad”- -“Este… sí, sí soy Sabine, la
emperatriz Misfit”- El Alcalde voltea dudoso a ver a Pigette, sabiendo que
talvez es el único de la aldea que no ha quedado convencido de su autenticidad.
–“Disulpe majestad si dudo, pero debe saber que de encontrarse cierto lo que
todos creemos que pasa, estaría consagrándonos la existencia con solo este
minuto de su llegada”- -“Dudo, de mucho de lo que pasa aquí…. Pero de algo sí
estoy seguro, y es de que mi nombre es Sabine, la emperatriz Misfit”- Ésta
última respuesta apacigua un poco más al dirigente. –“Pues bien, si así lo
dices, si así lo dicen…”- Toma un respiro y continúa –“Si así lo creo, no me
queda otra que llevar a cabo el protocolo al que siempre hemos sido preparados.
¿Quién diría que sería un 25 de abril y no otro día?”- Alza los brazos en
convocatoria y exclama –“Hermanos aldeanos, entonces si este es ese día que
tanto estuvimos esperando, pasará como nuestros abuelos y nuestros ancestros, y
como nuestro vanagloriado Rey Mago nos enseñó que lo hiciéramos... ¡Esta noche
celebraremos nuestro Día de Regreso! Así que levántense y festejen, que nuestra
verdadera líder, reina y emperatriz finalmente ha llegado a deleitarnos con su
presencia ¡Oh salve nuestra Emperatriz retornante, promesa de los reyes de
pasado, sustento de nuestros días del mañana”- Los aldeanos se alegran, y le
responden emocionados –“Oh salve Misfit, reina de la aldea y de todo lo que le
rodea”- El sol sonríe, y todos se levantan aplaudiendo. Todos quieren acercarse
a tocar o estar cerca de Sabine, pero inmediatamente tanto los amigos de
Trooper, como los de Britany, como los que oyó ser llamados “El Consejo” hacen
una valla porcina alrededor de ella alejando a la chusma emocionada –“Ok, ok,
la fiesta será esta noche, no hay nada que ver aquí, vayan a sus casa a
preparar lo que sea que hayan estado preparando para el festejo de regreso”-
-“Fuera, largo de aquí, en la noche podrán tocar o ser bendecidos por nuestra
creadora retornante”- Alvin voltea a ver a Sabine entusiasmado y le dice –“Está
de locos que realmente sea usted, es el momento más emocionante de mi vida”-
Adela le dice a Mariana –“Es tan bonita, ¿Está bien que le diga que talvez es
la persona más bonita y con más estilo que haya visto?”- Mariana voltea a ver a
Britany buscando respuesta a la pregunta irrespondible. Britany les sigue –“Es
la más bonita y la más estilizada que hayamos visto todos”- Mariana se relaja y
grita a los salientes –“¡Salve Misfit, reina de la aldea!”- -“¡Salve Misfit,
reina de la aldea!”- Le responden todos pese a irse saliendo poco a poco de la
escena.
Al final solo quedan sus amigos
del mundo real. Sabine les cuestiona –“¿Qué diablos está pasando chicos? Ya se
fueron todos, ya pueden decirme qué sucede ¿porqué tienen nariz de puerco?”-
Lulú se sorprende de la pregunta, Algercito la calma y le dice –“Tranquila
Lupig, el Rey Mago habló de confusión en nuestra emperatriz el día que
regresara”- Lulú se serena y Algercito continúa –“Mi Lady, nosotros tenemos
está forma pues nos creaste imperfectos, nunca a tu imagen y semejante; siempre
para dejar bien claro la distinción entre tú y nosotros; siempre distinguible,
siempre más bella que cualquiera de nosotros… nos llamas cerdos, pues eso somos
comparados con la angelical presencia que representas… Tu magnificencia es
incomparable con la de cualquier aldeano… Pero bueno, eso ya lo debes saber, e
imagino que esto es parte de una prueba para saber qué tan preparados estábamos
para tu llegada. ¡En fin! Debo de ir a hacer los preparativos para la fiesta,
pues como escuchaste y seguro ya sabías, nosotros somos el consejo,
heredadamente seleccionados para tratar el asunto de tu llegada el día que
regresaras… El día ha llegado, apremiante presionante momento este es. ¡A
preparar la fiesta! ¡Fiesta para la reina emperatriz! ¡Ama del todo, creadora
de aldeas y porcinos! Nadie a su altura, nadie de su envergadura.”- Una música
gitanezca de fiesta (Emir Kusturica) comienza a escucharse dentro de los
preparativos; Algercito toma a Lulú de la mano y se la lleva mientras baila y
aplaude.
Germán y Sabine quedan a los pies
de la estatua del Rey Mago, y ella le reitera –“¿Tú sí puedes decirme qué
demonios está sucediendo? ¿Dónde demonios estamos? ¿Cómo llegaron ustedes aquí
y porqué se ven como se ven?”- Germán, desconfiado, le pregunta –“¿Es una nueva
prueba, su grandeza?”- -“¿Su grandeza? ¡Germán, deja de actuar como tarado y
dime qué sucede!”- Germán queda asustado –“¡Germán, dímelo ahora!”- -“Señora Misfit, le juro que no sé de qué
está hablando ¿es una prueba como la que le hizo a Alporksy?”- -“¿Alporksy? ¿Es
una broma? Incluso… no puedes engañarme… oí que tú sí fuiste llamado Maul”-
-“Maul es mi nombre, madame, no Germán… No sé porqué me dice Germán”- Germán baja
la cabeza asustado. –“Diablos, este mundo al revés no tiene razón de ser”- Se
dice Sabine, y le sigue el juego –“Bien, lo entiendo… Has pasado la prueba,
estás a salvo, has sido bien instruido Maul… tenías razón, era una prueba, y es
una prueba puesto que tengo una tarea única para ti: Quiero que mapees todo el
lugar, me des detalle hasta el más mínimo de todo lo que hay y ocurre aquí, me
vas a decir de dónde viene cada aldeano, y vas a averiguar de dónde he venido
yo”- -“¿Usted? ¿Cómo podría saberlo?”- -“Lo investigarás, te convertirás en mi
investigador personal ¿te gusta la idea? Nadie estará en ley por encima de ti
¿qué dices?”- -“¡Vaya! ¡Qué honor! No sé porqué me otorga semejante voto de
confianza”- -“Yo lo veo todo ¿no lo recuerdas?”- -“Ajaaa…”- -“Y en ti veo más
allá de lo que el consejo mismo ve… Más que Algercito…”- Germán le mira
desconcertado –“Perdón, Alporsky”- Germán sonríe –“Que él se encargue de los
asuntos de la fiesta, tú verás, por mí, los asuntos de este mundo, un geógrafo
de todo lo que sucede en este extraño lugar ¿te parece? ¿estás conmigo?”-
Sabine estira la mano para cerrar el trato –“¿Cómo no podría estar con usted,
mi comandante?”- Germán le brinda la mano a ella y el trato se cierra. –“¿Y qué
hago ahora, emperatriz?”- -“Comienza Maul, solo comienza, sé el topo que has
nacido para ser”- -“¡Sí!”- Dice con un gesto completo de emoción y sale
corriendo de ahí.
Pigette y el Alcalde aparecen en
el borde de la escena, a media luz, el resto del bosque baja la iluminación
–“¿Qué opinas Pigette? ¿Qué piensas de la supuesta reina regresada?”- -“Señor,
pues cumple con todo lo que el Rey Mago dijo sobre su regreso”- -“¿Qué tal si
tan solo es una forastera disfrazada que quiere desterrarme y quedarse con todo
lo que por mandato divino ya es mío”- -“¿Realmente lo cree, señor?”- -“Estoy a
nada de estar seguro de lo que digo”- -“Pero si no está seguro de su seguridad
¿cómo podría asegurarse de ésta?”- -“Tú me ayudarás… Vigílala, déjala mostrarse
como es, déjala ser y caer, que si algo en común tienen todos los
falsificadores, es que nunca son enteramente a quien están falsificando”- -“¿Y
qué hago señor?”- -“¡A hurtadillas! ¡Entre los arbustos! ¡Con la ropa de tu
tía! ¡Como te venga en gana! Pero espíala, vigílala, sé testigo de su traición,
que si mi inseguridad es asegurada, esto asegurará el camino seguro a la única
verdad asegurada: ¡Un traidor es un traidor! ¡Un ursurpador es un ursurpador!
Pero algo peor que todo eso ¡Un falsificador de la emperatriz es un muerto que
camina!”- Pigette se asombra de las palabras de su jefe –“En la aldea nunca se
ha matado a nadie… Ni en los libros y pergaminos más antiguos se habla del
asesinato como castigo a ninguno de los aldeanos”- -“Pero ninguno de los
aldeanos de antaño pudo haber enfrentado peligro tal como el que nuestra aldea
enfrenta ahora, si esta ursurpadora consolida su cometido, será el final de
nuestra aldea, el final de nuestra raza, y nunca más viviremos un 25 de abril
como el que vivimos hoy, el año pasado o el año anterior al pasado…”- Pigette
lleva sus manos a su boca, tapa su sorpresa –“Señor, espero que esté equivocado
de todo lo que dice”- -“Yo también lo espero, Pigette, yo también lo espero,
que sabes que lo que más amo es esta aldea, y por nada del mundo la dejaría
caer en la desgracia de un entrometido llegado de la nada. ¡Corre ahora!
¡Comienza tu tarea que tarde todavía no es para evitar la tragedia máxima de
nuestra aldea!”- Pigette da un brinco y se echa a correr con tanta velocidad
como sus piernas alcanzan. El Alcalde se queda solo, y en soliloquio dice
–“Aunque omití algo, mi querido amigo Pigette, que lo que realmente más amo de
esta aldea es ser yo quien la gobierna… No una extranjerucha que nada tiene que
estar haciendo por aquí”- La luz sobre él se apaga.
El resto de la escena, a media
luz, solo deja ver a Sabine, a los pies de la estatua, y al sol, que cada vez
tiene los ojos más adormilados. Éste le dice –“¿Ya ves? Todo salió como te
dije”- -“Parece que sí, sol ¿tú irás a la celebración?”- el sol bosteza –“No,
Misfit, no lo creo, siempre a esta hora comienza a darme tanto sueño que ni los
fuegos artificiales de ningún festejo nunca me han despertado… me da un
gustísimo tenerla de regreso, pero dudo mucho que el más emotivo de los
festivales me mantenga despierto un minuto pasado de la caída de la noche… Soy
viejo, su alteza ¿qué le puedo decir? Solo espero que se divierta y pase el
mejor de los festejos, lo merece, usted nos creó… Me da un gustaaa…”- Bosteza
–“Un gustazo que hayas regresado”- Otro bostezo –“Un bostazo… un bostezo… Un…”-
Sus ojos se cierran, y poco a poco desciendo por debajo de las montañas del
horizonte, atrás de las cabañitas de la aldea.
El cielo está entre rojo y
rosado, la noche está casi por encima de la aldea, los focos de dentro de las
cabañas comienzan a prenderse; algunas tienen series, como navideñas, que
decoran los portones principales, de algunos árboles también salen destellos de
luz, la música sube de volumen poco a poco; de una misteriosa tonada percutiva
de jazz swing se escucha una voz conocida se hace presente –“¿Ahora qué piensas
de mis viajes místicos? ¿Me sigues pensando un secuestrador narcomenudista?”-
-“¡Nostromo! ¡Tú sí eres normal!”- Sale Nostromo de entre las sombras –“¿Porqué
no lo sería? Además, soy tan normal, como alguien como yo podría ser ¿no
crees?”- -“¿Porqué todos tienen nariz de puerco? ¿Porqué todos me tratan como
si fuera una reina?”- -“Una emperatriz, de hecho”- -“Potato patata… ¿A dónde
nos trajo la puerta por la que entré?”- -“Las puertas mágicas conducen a cada
persona a lugares diferentes; la puerta a ti te trajo a donde debías estar… ¿No
te sentían perdida y menospreciada? ¿Humillada y mal valorada? Por lo que veo
aquí te tratan como tú necesitabas ser tratada”- -“¿Lo has visto todo?”-
-“Desde antes que sucediera, pero es una historia larga e innecesaria de
contar”- Sabine hará otra pregunta pero Nostromo la interrumpe –“¿No tienes una
fiesta a la cual asistir?”- -“¿Tú irás?”- -“No, yo no puedo ir, no es mi aldea,
solo me aseguraba que estuvieras bien… no estaba seguro de cuánto tiempo había
pasado y si habías hecho algún destrozo o algo por el estilo por aquí… Sé
prudente Misfit, pese a ser una puerta que te llevó a donde debías estar,
dentro de cada mundo existen peligros que tú misma diseñaste… Sé que pasa, pero
aún no estoy seguro de saberlo, la realidad es bastante flexible y mal
encarada. Solo ten cuidado ¿está bien?”- Sabine asiente –“¿A dónde irás
mientras? ¿Nos volveremos a ver?”- -“Sí nos veremos, lo sabrás cuando me veas…
Y a dónde iré no es de tu incumbencia… en algún mundo hay algún director
clasicista al cual molestar, no me lo perdería por nada del mundo ¿tú lo
harías?”- Ella sonríe y responde –“Imagino que no, Nostromo, imagino que no”-
-“Anda, tu realidad apenas comienza, no dejes que ese espíritu festivo se desperdicie
en la realidad de alguien menos interesante”- Se sonríen de despedida, y dando
pasos hacia atrás Nostromo va desapareciendo entre los árboles, todo a la par
que el cielo se torna nocturno y la música de fiesta elimina por completo los
60bpm en los que la rítmica del vagabundo se desarrolla.
La noche estrellada sobre la
aldea se vuelve el techo de la fiesta preparada para la emperatriz; uno que
otro fuego artificial se torna parte de la coreografía estelar. La música
festiva invade el salón, los aldeanos van saliendo bailando de todos los
lugares que pudiera haber. Algunos van haciendo acrobacias coreográficas, otros
bailan azarosamente, una tambora pequeña se centra al fondo central de la
escena. Los músicos llevan uniformes rojos con detalles dorados y sombreros
como de orquesta de 4 de julio, excepto que no es 4 de julio, sino 25 de abril,
el día más feliz para los aldeanos que festejan la llegada de Sabine.
Los primeros conocidos en entrar
son los grupos de Trooper y Britany que bailan increíblemente para conmemorar
la estadía de su emperatriz. Grandes malabares y escenas dancísticas se
suscitan ante Sabine, quien sigue casi exactamente donde acababa de platicar
con Nostromo. Ella se deleita con su celebración.
Algercito llega con Lulú, con un
aerófono que usa de micrófono y grita –“¡Que entren los Mastines!”- -“¿Los
mastines?”- Dice Sabine para sí. Una danza regional empieza a salir del lado
derecho con una música del noreste (Taraf de Haidouks), aldeanos altos con
peludos atuendos y cara de mastín tibetano brincan y se imponen como una danza
específica de la región a la que habían llegado. Giran, las chocan, brincan,
todo un espectáculo digno de una reina. Algercito se acerca a Sabine y le
pregunta –“¿El Rey Mago tenía razón? ¿Amas esa raza canina?”- -“Adoro los
mastines tibetanos”- -“El baile lo inventaron nuestros bisabuelos para este día
que llegaras”- Mientras los mastines siguen su danza, los primeros en llegar al
festejo van tomando su lugar en escena sentándose y siendo parte de la audiencia
que mira el gran baile que cada vez iba más rápido. Todos quedaban fascinados
con la danza de los mastines, que cafés y negros eran iluminados tanto por las
luces de las estrellas como por proyecciones lumínicas provenientes de los
tejados de las casitas.
La luz queda casi apagada, y del
centro, al fondo, aparece una garza alta y femenina, bailando con puntas de
ballet, de sus alas, las que serían manos en la tierra de verdad, salen
abanicos que acompañan su danza delicada e imponente. Tanto los puerquitos,
como los mastines, honguitos y personajes principales contemplan su elegante
baile, el solo le interrumpen dos aves rosadas que surgen de los lados
izquierdo y derecho, y éstas, ya con sus abanicos abiertos desde que llegan, se
unen a la danza de la garza central, ella blanca y más bella que las rosadas;
conviven, cierran los ojos gozando la elegancia de la música… de un momento a
otro toman a los honguitos para acompañarles en el festejo de cristal. Sabine
pregunta a Algercito –“¿Estas qué?”- -“Son las Horas, las seres más bellos de
nuestra aldea, solo salen a los festejos principales… la última vez que las
vimos fue cuando coronamos al alcalde… Cuentan las malas lenguas que incluso él
y la Hora principal, 12, tuvieron un romance”- -“¿Lo hora principal se llama
12?”- -“Sí, las otras son 3 y 9”- -“Oh… todo es tan Ponchielli”- -“¿Tan qué?”-
-“Ponchielli, es un compositor de donde vengo”- -“¿Un compositor?”- -“Por
cierto ¿De dónde sale toda la música?”-
La música se detiene y doce personajes
masculinos de apariencia delgada, de color café y con enormes máscaras que
parecen africanas salen de entre todas las casitas. Seis cargan y tocan grandes
tambores de distintos estilos, y seis bailan. Las horas salen de escena
mientras estos van acercándose a la estatua del Rey Mago. Su ritmo es muy
tribal, provocan el movimiento de todos los asistentes; hasta las estrellas se
mueven a la par de los aldeanos. –“Ésta música me gusta más”- dice Sabine a
Algercito mientras ambos menean la cabeza; Algercito solo le sonríe mientras
contempla la danza. Las luces de las casas prenden y apagan mientras los
sonidos continúan moviendo hasta quienes les observan desde afuera. Por último
emerge un chamán, un personaje vestido como ellos, pero con una máscara más
grande y tenebrosa. Los bailarines y los percusionistas se acercan a él
mientras va adentrándose a un ritmo más imponente, bufa vapor, la escena se
torna mística, la ambientación azulada. –“¿Cómo hace eso?”- -“Es el chamán, el
jefe de la tribu M´Bah, los bailarines y los tamborileros. Él los creó de las
brasas de una fogata. En alguna era él y el Rey Mago fueron grandes amigos,
pero hace muchas eras pelearon… Luego el chamán tuvo problemas de los que el
Rey Mago le rescató y a cambio de esto, prometió que se reaparecerían el día que
la creadora de la aldea volviera… Lo que ves es la primera vez que vuelven…
ellos no necesitaban invitación al festejo… Llegarían de la nada a la gran
celebración pues estaban predestinados a hacerlo”- El Mago se acerca finalmente
a Sabine, mueve su bastón mágico y se aleja de los aldeanos, perdiéndose
nuevamente en el bosque. –“Qué honor”-
murmura Algercito a Sabine, y ella solo responde con una mueca de desconcierto.
Ahora con el aire vuelto a la
normalidad en la escena, con todos los personajes sentados, de entre las
sombras aparecen Pigette y el Rey Alcalde, sentado en su trono jalado por los
puerquitos esclavos. –“¡Bravo! ¡Bravo!”- exclama –“Hasta el viejo chamán ha
venido a la celebración, y ni siquiera a mi coronación vino; creí que las
historias de la salvación del Rey Mago era solo eso, una historia”- Los
aldeanos lo ven en silencio, se siente un aire de miedo de ellos contra él; él
es cínico, obstinado y creído; no se ve que a alguien le agrade su presencia
ahí. El trono, con ruedas pegadas para que él no tenga que volver a caminar
pues se dice que él dijo que solo los plebeyos caminan, es jalado hasta
postrarse en frente de Lulú, Algercito y Sabine. El Alcalde les mira
despectivamente y dice –“¿Dos del consejo? ¿Dónde se encuentra el tercero? ¿Dónde
está Maul?”- -No lo veo entre los otros asistentes, señor”- dice Pigette –“No,
en efecto no está, Pigette… ¿Sabe usted dónde se encuentra, su majestad, deidad
recién regresada?”- -“No, Sr. Alcalde, no sabría decirle porqué no llegó a mi
celebración, créame que eso me frustra un tanto, y me llena de desdicha”-
-“¡¿De desdicha?! ¡Válgame el cielo! ¡Si así le han recibido los concejales
¿Cómo le recibirá el resto de los aldeanos, pueblerinos insulsos?!”- Algercito
ve a Sabine con extrañeza, él sabe que ella sabe dónde está, solo que el
puerquito organizador no fue informado de lo mismo –“¿No cree, su majestad que
su ausencia no solo es una imprudencia, sino un insulto?”- -“Señor, yo creo que
Maul debe de haber tenido algo extremo que hacer si no ha venido al festejo
para el que trabajó toda su vida”- se entromete Algerito –“Concejal Alporsky,
no se entrometa por favor, deje a nuestra invitada principal que exprese el
coraje que la ausencia pudiera causarle, no le privará de una venganza que la
mera aflicción merece ¿o sí?”- Dice el Alcalde alejando al puerquito concejal.
Lulú solo observa sin decir nada. –“¿Una venganza?”- dice Sabine apenas
entendiendo qué sucede y qué había provocado –“¿Una venganza solo por
inasistir?”- -“Su dedidad, mire a su alrededor ¿a poco cree que todo este
esfuerzo merece la ingratitud de alguien que juró dedicar su vida a este
momento? Usted no puede ser tomada a la ligera… Finalmente, si usted nos creó,
usted puede destruirnos”- -“No quiero destruirlos, señor Alcalde, estoy muy contenta
gozando de toda esta celebración en mi nombre… Seguramente el Concejal Maul
tiene un motivo bastante importante para ausentarse”- -“Ningún motivo es tan
importante como para hacerle una grosería de semejante tamaños, mi lady”- -“Oh,
pero no ha sido ninguna grosería”- Responde Germán calmado mientras entra en
escena seguido por una carroza jalada por seis enanos cabezones; la carroza
repleta de tambos; el Alcalde voltea fúrico hacia el atrasado –“¡Llegando tarde
al máximo de los festejos, si fuera por mí, tu castigo sería la muerte!”-
Interrumpe su coraje, y con una risita hipócrita voltea a ver a Sabine y
concluye su sentencia diciendo –“Pero claro, su señoría, ahora ya no depende de
mí, ahora depende, enteramente su sensato juicio creador, su benevolencia, su
temple castigador y su sabiduría genética omnipresente”- -“¿Dónde estabas Concejal
Maul?”- Pregunta Algercio un tanto angustiado; Sabine se preocupa de que vaya a
decir la verdad de a dónde le había enviado. Germán contesta felizón –“Pero
claro que tengo un motivo de peso para ausentarme del comienzo de tan
importante celebración ¿Porqué creen que me perdería la fiesta más grande del
milenio?”- -“¿Porqué Concejal Maul?”- Insiste Algercito esperando una respuesta
que le costara un castigo ante el evidentemente enfadado líder de la aldea
–“¿Pues qué motivo sería tan importante para llegar tarde si no era hacer una
visita a la aldea de los enanos para pedirles que surtan a nuestra querida
aldea de vino y cerveza?”- Algercito sonríe, luego Lulú, luego Sabine. El
Alcalde sabe que miente, Pigette también, pero ambos mienten al consejo con
sonrisas mal hechas –“Jajaja, por supuesto que la cerveza es importante, pero
justo ahora dictaminábamos si tu atraso ameritaba castigo de muerte, exilio,
traición o qué, mi querido Concejal Maul”- Dice el Alcalde en espera de una
respuesta inesperada –“¿Es eso cierto mi querida creadora? ¿Seré castigado por
mi retraso? Si así lo decidiera, sabe que abrazaría su juicio con humildad y
gracia”- dice Germán mientras hace una respetuosa reverencia. Sabine responde
–“¡No! ¡Claro que no! Nos has dado un motivo más que justificable no llegar al
comienzo de la fiesta, que por muy genial que haya estado, sin vino y sin
cerveza el resto de la celebración no tendría sentido alguno. Revoco cualquier
sanción que los aldeanos crean ameritaba la tardanza del Concejal Maul”-
-“¿Había sanciones por tardanzas?”- Dice indiscretamente Lulú, Algercito
contesta –“No, no las habí…”- El Alcalde le interrumpe exclamando –“¡Siempre
las hubo! Si nadie las recuerda es porque seguro nuestra creadora les ha
borrado ya las mentes para no generar prejuicio contra nuestra tardado”- -“¿Nos
borró la mente, señora?”- dice anonadada Lulú; antes de que Sabine le conteste,
el Alcalde responde alzando la voz para no darle oportunidad de negar –“¡Claro
que lo ha hecho! ¡Tiene poder para eso y para lo que le venga en gana! Claro
que en su misericordia y gracia, nuestra creadora jamás podría admitirlo ¿no es
así mi lady?”- Sabine iba a contestarle, pero nuevamente le gana la
continuación, contestándose solo su pregunta –“¡Claro que es agraciada, todos
lo sabemos! ¡Y en el nombre de ésta gracias brindaremos y festejaremos la noche
entera! ¡Viva nuestra reina! ¡Viva la Sra. Misfit!”- -“¡Viva!”- Claman todos
menos Sabine, Algercito y Maul. –“¡Pues bien, ¿Qué esperamos? A fiestar!”- dice
el Alcalde siendo llevado hacia el resto de los aldeanos que se levantan y
comienzan a hacer filas para que los enanos les sirvan cerveza.
En primer plano quedan Sabine y
el consejo. Lulú les observa y voltea a ver el carruaje, y les vuelve a ver, y
luego al carruaje, y así un par de veces más, hasta que Maul le dice –“¡Ve por
tu cerveza, nosotros podemos atender a la creadora!”- Lulú exclama un “yupi” y
corre a formarse con el resto de los aldeanos.
-“¿Dónde estabas Maul?”- dice
Algercito preocupado, pero antes de tener respuesta de Germán, éste voltea a
pedir aceptación de Sabine de compartir el secreto, ella accede –“Estaba
buscando datos para Misfit, recién llegó me encargó que checara cada detalle
por más insignificante que este fuera para conocer cada punto de la aldea”-
-“Ya lo conocíamos, no hay mucho que describir más que lo que se ve a la
vista”- -“No, el Alcalde guarda más secretos de los que uno creería, encontré
detrás del mueble de su sala una bodega repleta de puertas que eran imposibles
de ser abiertas; no obstante, creo que si no han de abrirse es por algún
conjuro del Rey Mago para que solo Misfit las pueda abrir”- -“¿Yo? Créanme que
ustedes me tienen en una estima que ni yo comprendo. Seguro que me siento más
feliz y completa que nunca, pero no tengo tanto poder como ustedes creen… Por
eso mismo sigo confiando en ustedes mi estadía aquí”- Ninguno de los dos le
cree, comienzan a creer que la humildad de la que habló el Alcalde puede ser
verdadera. Algercito continúa –“Además
¿porqué el Rey Mago no nos dijo nada de esa sala secreta?”- -“El Alcalde tiene
más respuestas a preguntas que ni siquiera se nos ocurrieron a nosotros aún… El
Rey Mago era muy misterioso en todos los sentidos posibles ¿no crees que el
municipio guarde algún secreto privado que nuestras familias nunca
conocieron?”- -“¿Porqué el Rey Mago confiaría más en el municipio que en las
familias que respaldamos su legado generación tras generación?”- -“Las verdades
del Rey Mago eran más irrespondibles que cualquiera de las preguntas que nos
hayamos formulado durante toda nuestra vida”- -“Eres más profundo aquí de lo
que nunca fuiste en mi otra realidad”- Interfiere Sabine, pero a ellos no
parece importarles su acotación… o más que no importarles, como no entienden el
comentario no quieren verse groseros con la “creadora” –“Esa sala es un
misterio mayor a cualquiera que nos hayamos enfrentado, y encontrarla justo
hoy, 25 de abril, eso lo hace más y más misterioso de lo que se me ocurriría”-
dice Algercito meditando, volviéndose todo un detective. Germán añade –“Debo
investigar más… hoy, que hay fiesta planeo buscar en las bibliotecas
municipales por esa información faltante”- Entonces llega Lulú con dos tarros
de cerveza; Germán le pregunta –“¿2 Tarros?”- -“Uno es para la Sra. Misfit,
para que no se tenga que formar”- Responde ella y le entrega su tarro a Sabine,
ella agradece comentando –“Oh… muchas gracias ¿cómo sabías que odio formarme?”-
-“Fui educada para venerarla y servirla por siempre; ahora que tengo la gran
oportunidad no la quiero desperdiciar”- -“Las mejores palabra que me han
dicho”- Sonríe y toma un trago a su cerveza –“¿Ustedes dos no van a ir por un
trago para festejar?”- Hacen gestos incrédulos, pues nunca creerían que ella
les invitara a ser parte de una fiesta –“¿Qué? ¿No les gusta la cerveza?”-
-“Nadie nunca nos dijo que festejáramos… Solo teníamos la instrucción de
organizar”- dice Algercito –“¿En serio? ¡Vayan! Por el amor de dios, son más
raros aquí que en el mundo de donde vengo”- Extrañados, Algercito y Germán
caminan hacia la fila de los aldeanos alejándose lentamente. Lulú les ve, y
voltea a ver a Sabine, y luego a ellos, y después a la “creadora”; ésta le dice
–“Ve con ellos, acompáñalos, ahorita podemos platicar y fiestar juntos hasta la
madrugada”- Lulú se emociona y corre con ellos. Mientras se aleja Germán le
dice a su acompañante –“De todos modos pretendo infiltrarme a la biblioteca,
más noche”- -“Creo que es lo mejor que puedes hacer”- -“Ahora probemos la
cerveza y veamos porqué tanto alboroto”- dice Germán justo antes de llegar a
formarse con el resto.
Sabine queda sola a los pies de
la estatua, contempla a los festejantes y se dice –“Así que este reino lo
construí yo… Qué extraño… No sé qué demonios está sucediendo”- Un festejante
con máscara tribal m´bah se le acerca y dice –“Qué bella noche para festejar
¿no lo cree su alteza?”- -“Sí, es un festejo como ninguno al que haya asistido,
uno como siempre soñé”- El enmascarado no tiene el disfraz que los danzantes
llevaban, éste trae una gabardina vieja con parches en los codos, como alguien
a quien Sabine ya había conocido antes; tiene consigo un tarro se cerveza
también –“Seguro solamente imaginó la posibilidad de un mundo perfecto ¿no, su
alteza?”- -“Salud Nostromo, sabía que vendrías a una fiesta si era de este
calibre”- -“Lo sabías porque ya entendiste que tú la organizaste”- -“No, en
realidad no entiendo nada de lo que ha pasado esta noche”- Da un vistazo a todo
a su alrededor y aún no llega a vislumbrar las maravillas que hay en la aldea;
sigue atónita. Nostromo da un sorbo a su cerveza y menciona –“Es muy bella esta
realidad a la que te has llevado, valió la pena abandonar a tu madre para
visitar dichoso lugar como este”- -“Mi madre ¿la conoces?”- -“Claro que la
conozco Sabine. Ella se quedó donde la existencia parece un lugar más estable”-
-“No había pensado en ella desde que llegué aquí”- -“Y no lo hagas, mejor,
arruinaría tu estadía… mejor toma la cerveza que ni siquiera has probado”- -“¿puedo
decirte algo Nostromo? ¡Pero promete que no te burlarás!”- -“¿Qué pasa?”- -“La
única vez que probé la cerveza fue porque mi tío Marcos, el hermano de mi mamá,
me dio un trago cuando tenía ocho años… Recuerdo que no me gustó, pero siempre
soñé que en la fiesta perfecta tomaría como vikinga y fiestaría hasta que el
sol me calentara con sus rayos de primera hora”- -“Si no quieres tomar, no lo
hagas”- -“No, sí lo quiero”- Da un trago a la cerveza, un trago grande, se
atraganta –“Con calma niña, con calma”- Tosiendo, Sabine le responde –“Wow,
ésta es la bebida más deliciosa que hay probado”- -“No eres tan tonta como para no darte cuenta
que casi todo lo que está en este lugar está hecho para causarte satisfacción
¿o sí? Eres una diosa, ten el temple de tal”- Sabine sigue tomando emocionada;
Nostromo da un trago más pequeño y dice –“Realmente no vine para festejar tu
llegada, temo decirte…”- -“¿Ah, no? ¿Entonces porqué apareciste tan pronto?”-
-“Porque empezaste a mover las fichas y me preocupa lo que pudieras hacer”-
-“¿A qué te refieres?”- Toma un trago y se interrumpe abruptamente –“¿Querías
que el Alcalde castigara y matara a Maul? ¡No! ¡Ni aquí ni allá afuera dejaría
que alguien le hiciera nada! ¡No lo permitiré!”- -“Calma Sabine, calma, déjame
hablar y sabrás a lo que me refiero”- -“Me has llamado Sabine, no Misfit, nadie
me había llamado así desde que llegué aquí”- -“A veces es necesario oír tu
nombre para poner los pies en la tierra”- -“Disculpa, ¿a qué te referías?”-
-“Sí era sobre Maul, pero no sobre su ejecución… sobre las leyes haz lo que tú
quieras hacer, tú los creaste, tú los puedes eliminar”- -“Pero yo no los…”-
-“déjame decirte niña, y luego sigues molestándote en ser modesta”- -“sí,
perdón”- -“La ficha que has movido es Maul, y no por evitar su muerte, si no al
afrontarlo a la realidad de las puertas que yo antes te mostré”- -“Yo no sabía
que hallaría esas puertas, y cuando nos contó no imaginé que eran del mismo
tipo de puertas que tú me mostraste”- -“No es exactamente lo mismo, pero sí
similares… y si el Rey Mago no les contó es porque el Rey Mago no sabía que las
puertas estaban ahí”- -“Conoces más de este lugar de lo que dices conocer”-
-“Un poco, pero el caso de mi aparición no es para contarte de dónde y porqué
manejo las puertas que conoces… solo he venido a advertirte que yo te mostré la
mejor puerta a la que debías entrar, si entras a otras que no debieras los
resultados no serán los mismos”- -“¿porqué entraría a otra? Todo aquí es
fascinante”- -“Pero si alguno de tus amiguitos entrara no te garantizo que
puedan regresar”- -“Oh… comprendo… empiezo a entender a dónde te diriges”-
-“Ten cuidado Sabine, que estás a la orilla de una decisión que aún es posible
de evitar”- -“Ok Nostromo, gracias por el consejo, lo tomaré más que en
cuenta”- -“Debo dejarte para que te diviertas en tu celebración”- Acaba el
resto de su cerveza de un trago –“¿Hay algo más en lo que pueda ayudarte por
ahora? ¿Alguna pregunta más superficial en la que creas que puedo ser bueno
respondiendo?”- -“En realidad sí la hay… Pensaba preguntársela a Alger o a Maul
cuando volvieran, pero ahora que estás aquí creo que tienes más posibilidad tú
de saber la respuesta que ellos”- -“¿Cuál es la pregunta?”- -“¿Porqué 25 de
abril?”- Nostromo tuerce la boca y le responde –“Niña, si tú no sabes la
respuesta, no puedo ser yo quien la responda tampoco. Buenas noches nuevamente,
su majestad”- Nostromo desparece en las sombras, entre la gente que festeja.
Algercito, Germán y Lulú regresan a ella; todos beben felizmente; Sabine se da
cuenta que se le había terminado la cerveza –“Vaya… Apenas vuelven y yo ya
tengo que ir por otra cerveza”- -“No, no tiene, su majestad”- exclama Lulú y le
muestra que ella trae dos cervezas, una se la da a su “reina”. Sabine les pregunta a los hombres –“¿Y sí les
gustó la cerveza?”- Algercito contesta –“Es amarga pero sabrosa, tal como la
describieron nuestros padres”- -“Sigo creyendo que es la bebida de las masas,
seguro en algún lugar haya alguna bebida con mayor caché para alguien como yo”-
dice Germán; Sabine le contesta –“En mi mundo se llama whiskey”- -“Vaya,
háblame más del susodicho whiskey”- -“Claro, vamos con la gente me gustaría
conocerlos”-
Los cuatro se alejan del primer
plano mezclándose entre los aldeanos, van platicando mientras el cielo deja ver
estrellas cada vez más brillantes que de un momento a otro empiezan a convivir
con fuegos artificiales. Las luces de la escena se van perdiendo entre la
música y las pequeñas luces de las casas con cara de cerdo. El telón baja poco
a poco a la par de la intensidad lumínica.
Nuevamente se enciende la luz, ya
con un silencio completo, y frente al telón se muestra una sala y cocina
montada, hay una mesa donde está un pastel con una vela de colores encendida y
repartidos se encuentran cuatro platitos vacíos, de cuatro sillas del comedor,
tres están ocupadas, una por Kevin, otra por Juan Carlos, la otra por la
mamá. Los tres están callados viendo el
pastel, tristes, hasta que Kevin dice –“Mamá ¿ya podemos apagar la vela y comer
el pastel? No creo que llegue hoy tampoco”- -“No creo que llegue hoy por acto
de magia, mi amor”- Ayuda Juan Carlos –“Debemos de confiar en que la policía la
encontrará”- -“Sí mamá, es tu cumpleaños”- La mamá está más que triste, los 25
de abril nunca habían salido como ella deseaba, pero era Sabine la que más
feliz la hacía. Una lágrima le sale –“Nunca debí regañarla… Yo solo quería ser
linda con ella, de haber sabido lo que provocaría, me hubiera abstenido ¿qué me
costaba?”- -“No es tu culpa que se hay escapado de la casa”- dice Juan Carlos,
y ella menciona –“Pero ¿porqué se escaparía un día antes de mi cumpleaños?”-
Suelta en llanto. Kevin y Juan Carlos la miran con tristeza sin saber qué decir
–“¿Qué tal si le llevé la sorpresa porque ilusamente creí que así me regalaría
algo hoy? ¿Ella sabía que era 24 de abril? Ella nunca olvidaría mi cumpleaños…
Ella no era así”- Juan Carlos toma sus manos buscando confortarle –“¿Qué debo
hacer Juan Carlos? ¿Qué debo hacer?”- Llora. Juan Carlos trata de contestarle,
pero más que ayudar balbucea nadas sin sentido –“Oh amor, y ahora, peor que
nunca, siento que talvez si tú y yo no nos hubiéramos conocido, talvez nunca
hubiera huido de la casa, y siento tanta culpa al pensarlo, pues ahora tú estás
aquí apoyándote, y ¿qué culpa puedes tener si nos has hecho nada más que
brindarme todo tu consuelo y amor? Me siento terrible Juan Carlos, dime ¿qué
puedo hacer? ¿qué hice tan terrible para provocar que mi primogénita se portara
conmigo de esa manera? ¿porqué nos hizo esto?”- -“No llores mamá”- Pide Kevin a
su madre al montar su mano sobre las de Juan Carlos y ella.
La escena nuevamente va tornando
a negros mientras ella les exclama a sus hombres –“¿Qué debo hacer? ¿qué debo
hacer?... Sabini, te extraño tanto, tanto, tanto…”- El comedor desaparece por
completo entre las sombras.
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