lunes, 17 de diciembre de 2018

ACTO II: LA EMPERATRIZ



Se reabre el telón. Sabine ya no está en casa, la luz continúa apagada, ella es alumbrada sorprendida, viendo lo que los espectadores no pueden ver. –“¿Dónde estoy? ¿Qué ha sucedido? ¿Esto ha sido todo un sueño?”- Camina por el escenario viendo alrededor –“¿Qué es este mundo que no puedo ni concebir? ¿Qué es todo esto? ¿A dónde me ha llevado esa puerta?”- Voltea al público y pregunta –“¿Ustedes lo ven? ¿Me he vuelto loca?”- Nadie ve lo que ella ve. Se talla los ojos –“Es increíble. Abran los ojos, vean lo que había dentro de la puerta… Nostromo tenía razón, es algo como nunca lo había imaginado… Una idealización, un sueño… Véanlo…”- La luz comienza a encenderse poco a poco dejando ver un bosque, un bosque verde, vivo y maravilloso. Animales raros caminan en las ramas de los árboles; las nubes tienen rostros; casa con forma de puerquito se van vislumbrando entre los árboles; una gran escultura de un mago con cara de cerdo es llevada al centro de la escena por unos honguitos vivientes; amanece en el cielo un sol rosa y feliz; tiene un cohete en el ojo, como en una película antigua que tanto ama Sabine –solo que en la película el cohete está en el ojo de la luna, no del sol- Un paisaje magnificente se muestra ante los ojos de Sabine y los que le miran; ella comienza a caminar viéndolo todo; las flores le sonríen; los animales en los árboles le temen, pero tienen curiosidad de ella; cada que se les acerca éstos huyen, pero inmediatamente comienza a alejarse de los árboles, los animales vuelven a acercársele a verla.
-“¡Qué demonios! ¡Parece una película de Disney! ¿Pueden creerlo? ¿Pueden ver lo que yo veo? Y parece un paraíso deshabitado, todo mío…”- Hace una pausa y lo analiza –“Pero si es un bosque deshabitado ¿qué voy a comer? ¿Quién construyó esas casitas? ¿Y esa escultura? ¿Quién es ese mago? ¿Porqué las casas y el mago tienen cara de cerdo? ¿Porqué el sol tiene cara de cerdo?”- -“¿Cara de cerdo?”- Le interrumpe una voz grave y rasposa –“¿Quién dijo eso?”- -“¿Cómo que quién dijo eso, niña majadera?”- Voltea y no ve a nadie –“¿Están oyendo eso también ustedes? ¿O perdí la cabeza? ¿O es como hace rato que no veían lo que yo veía, pero poco a poco lo fueron viendo también?”- Lo dice hacia el público –“Claro que ellos me pueden ver, niña, solo tú eres tan arisca  como para no notarme ¡Soy enorme y aún así no puedes verme!”- -“¿Dónde estás?”- -“¡¿Cómo que dónde estoy?! ¡Donde siempre he estado, casi nunca me muevo! Bueno, lo hago cuando tengo sueño…”- -Casi nunca te mueves, más que cuando tienes… oh, no… definitivamente no puede ser”- Sabine voltea hacia arriba y ve que es el sol el que le está hablando –“No puede ser, definitivamente debo de estar soñando… seguro mi mamá me mandó a mi cuarto y me quedé dormida soñando que escapaba…”- -“¿Soñando que escapabas? ¿De dónde escaparía alguien como tú? ¡Seguro de dónde vienes todos te vitorean por lo extraña y extravagante que eres”- -“Osea, estoy hablando con el sol, y el sol me está diciendo extraña y extravagante”- -“Jajaja ¿con quién hablas? ¿hablas para ti misma? ¿Y porqué no te diriges hacia mí, si es conmigo con el único que ahora puedes conversar?”- -“¿Cómo puedes hablarme, sol?”- -“¿La verdadera pregunta es cómo puedes hablar tú? ¿De dónde ha salido tan peculiar creaturita? Créeme que soy muuuy viejo y nunca había visto algo tan raro como tú”- Sabine va a hablar, pero el sol la interrumpe –“Y créeme que he oído a muchos hablar de alguien como tú”- -“¿A muchos hablar…? ¿Quién ha hablado de mí?”- -“Muchos”- -“¿Dónde están todos? ¿Dónde me encuentro?”- -“Oh niña, pero estás en casa ¿cómo es que no la reconoces?”- -“Si nunca habías visto a alguien como yo ¿cómo sabes que estoy en casa?”- -“Niña, te he dicho que he oído hablar de ti. Muchos de los aldeanos hablan todo el tiempo de ti… Hablan tanto, y han hablado tanto tiempo que honestamente dudé que algún día volverías”- -“¿Volver? ¿Si dices que has estado tanto tiempo acá seguro entonces me viste venir alguna vez ¿no?”- -“Soy viejo, sí; pero no tanto”- -“¿Estás diciendo que yo soy más vieja que tú?”- -“Por supuesto, tú eres más vieja que todo”- -“¿Qué? ¿Tan mal me veo?”- -“Te ves como todos dicen que siempre te has visto. Intrigante”- -“¿Intrigante, eh? Eres el hombre que me ha tratado con más galantería en mi vida, y ni siquiera eres un hombre…”- -“Jaja ¿qué dices, niña? ¡Por supuesto que no soy un hombre, soy un sol! ¿Qué no me ves? Eres tan fascinante como todos lo habían mencionado, pero no eres tan lista como se dice… Por momentos creo, claro, solo por momentos, que hasta yo soy más brillante que tú”- -“¿Más brillante que yo? No lo digas, eres un sol…”- -“Jajaja, ¡basta, me sonrojas!”- Sabine pone la mano en su mejilla –“Dime, sol, ¿tienes tú algún nombre?”- -“Pues claro, es Sol, ya lo has dicho antes tú… tú misma que bautizaste”- -“¿yo? Pero si nunca me habías visto…”- -“No, pero oí las historias de que tú fuiste quien así me llamó…”- Sabine suspira, comienza a cansarse… -“Sol ¿quiénes son los que te han hablado de mí?”- -“Pues quien más me habló de ti fue el rey mago, el rey mago era el aldeano más listo que hay vivido desde que conozco. Él no hacía otra cosa que hablar de ti. El rey mago gustaba de jugar con las estrellas; su juego era tan interesante que desde detrás de las montañas yo observaba. Todos lo hacíamos. Movía las estrellas con una gracia como la del aire moviendo las hojas otoñales al atardecer. Él nos hablaba de ti, nos dijo que tú nos creaste, que algún día regresarías, y también que después te marcharías… que tu naturaleza es la del tiempo… que no puedes quedarte a esperarnos continuar… tú sigues y no esperas… y no es algo malo, no es algo desdichado, solo es tu naturaleza, y ¿quién podría culpar al aire por brindarnos frío si también nos salva del calor? Jaja ¡Imagina! ¿Quién podría culparme a mí de bañarlos con calor si soy quien los absuelve del frío? ¡Vaya mundo que inventaste niña!”- -“¿Y porqué tienes un cohete en el ojo?”- -“El mago nos contaba una historia también. Él decía que tú me creaste así conmemorando una de tus historias favoritas, una en la que un grupo de personas vencía a la noche y llegaba a otro astro que se llamaba la luna… nunca la he visto, pero pienso que debe ser hermosa… En fin, éstas personas alcanzaban la luna cayendo en su ojo, y ya dentro de la luna, tuvieron muchas y muchas aventuras… Si no mal recuerdo, esa luna también era llamada Meliés”- -“¿Meliés? ¿Así se llamaba la luna?”- -“Jaja, es lo que recuerdo… recuerda tú, que ya te he dicho que soy muy viejo”- -“¿Y qué fue del mago?”- -“Yo, que soy tan viejo, he tenido que ver el efecto del tiempo en los aldeanos… y los aldeanos se acaban… no le soportan… llega un momento en el que, como las estrellas al amanecer, también se apagan… eso le pasó al rey mago hace mucho, mucho tiempo”- -“Lo siento Sol…”- Sabine mira a las cabañas y pregunta nuevamente –“¿Y los aldeanos? Los mencionas demasiado, pero no veo más que ardillitas raras correr por los árboles”- -“Oh, es cierto, los aldeanos… los debes extrañar muchísimo… hace tanto que no los visitas”- -“Ehm… no los conozco”- -“Tonterías, tú los has creado, y por eso sabes que no tardan en volver”- -“¿A dónde han ido?”- -“Pues si quieres que lo reitere por supuesto que lo puedo reiterar ¿a dónde más irían como cada 25 de abril?”- -“¿A dónde?”- -“Pues a los partidos de Mis´d-fut”- -“¿Qué?”- -“El Mis´d-fut es el deporte característico de los aldeanos, existe desde que se sabe que se existe”- -“¿Es algo así como el fútbol?”- -“Imagino que sí…”- -“Patrañas, ahí está la prueba de que lo que dices solo son tus invenciones…. Yo detesto el fútbol”- -“Ohhhh… Entonces ahora lo comprendo”- -“¿Qué comprendes, Sol?”- -“Desde que recuerdo, desde el punto en el que me encuentro, cuando miro al horizonte, veo cuanto existe en la existencia… sin embargo, lo único que nunca he podido mirar, son los tan añorables partidos de Mis´d-fut… Nunca comprendí porqué cada 25 de abril, todos los aldeanos desaparecían hacia la nada diciendo que se iban a los partidos anuales, y yo nunca pude ser partícipe de alguno”- -“No entiendo… No entiendo es lo que ahora comprendes”- -“Si tú inventaste el mundo e inventaste el Mis´d-fut, tú inventaste la ausencia y la desvanecencia…”- -“¿Qué?”- -“El mago siempre nos habló de tu necesidad por tu soledad, el altar al espacio y privacidad. Él sabía muy bien que siempre te gustaron los momentos a solas ¿cómo más los instaurarías si no fuese gracias al Mis´d-fut?”- -“Vaya Sol, sí que tienes respuesta a todo lo que se me ocurra”- -“Jaja, muchas gracias su alteza, si soy así es porque tú me creaste de ese modo”- Se escucha un sonido de cuerno aerófono a lo lejos –“Oh, mira, han terminado… el juego ha terminado, y como siempre, te aseguro que ganó tu equipo”- -“¿Mi equipo? … ¿Me llamaste “su alteza” hace unos minutos?”-
El aerófono vuelve a sonar y comienzan a salir de entre los árboles pequeñas personitas con cara de cerdo. Todos vienen exhaustos, pero muy contentos por su juego de Mis´d-fut. Vienen distraídos, hablando entre ellos, y de pronto emergen algunas figuras conocidas, de entre los pequeños puerquitos sale Trooper con Alvin y Eloy, los tres con sus distintivas chamarras de jugadores de fútbol americano, pero con narices porcinas. –“Sabíamos que tú anotarías el gol de la victoria Troopig”- Dice Alvin emocionadamente; Eloy añade –“Alguien tan guapo como tú no tenía ningún otro destino que ese, Troopig, esos honguitos lo pensarán dos veces antes de volver a meterse con la aldea”- -“Siempre he sabido que soy el mejor en los deportes”- dice creídamente Trooper. Los siguientes conocidos en aparecer son Germán, Algercito y Lulú, igual que en el caso de los jugadores, todos tienen nariz de cerdo. Entre los otros también irán apareciendo Britany y el resto de las porristas. Todos siguen platicando de su fabuloso evento de 25 de abril.
Entonces Germán se percata de su presencia. –“Madre mía. Mi bisabuelo no mentía”- -“¿Germán?”- Sabine y Germán quedan frente a frente. Al toparse, todos se dan cuenta de quién se hallaba en su aldea luego de tanto tiempo: Su emperatriz. Mientras, más y más puerquitos siguen llegando, también llegan honguitos y otras creaturas de razas diferentes. –“Mi bisabuelo me contó historias e historias de tu existencia, pero nunca creí que fueran ciertas…”- -“¿Germán? ¿De qué hablas?”- dice Sabine extrañada –“Dios, es ella ¿no es así?”- continúa Algercito –“¿Es la emperatriz?”- -“¿La emperatriz? ¿De qué hablan chicos, ¿porqué todos tienen narices de puerco?”- -“Es ella. Deberíamos de saludarla como se debe”- Algercito menciona y Germán le responde –“¿Pero cómo sería eso? ¿Cómo seríamos tan aptos para recibir algo tan grande, algo tan bello?”- -“Como nuestros abuelos nos enseñaron”- -“Oh, es cierto, siempre no lo dijeron”- -“¿Qué? ¿Quién es ella? ¿Porqué es tan rara?”- dice tontamente Lulú. Algercito le responde –“¿Cómo que quién es ella, tonta? Si es nuestra emperatriz, nuestra creadora, la predicha en los textos de nuestro rey mago”- -“¡¿Es ella?!”- -“Sí, tonta, reverenciémosle”- -“¿Cómo?”- -“Como se nos enseñó que lo hiciéramos el día que sucediese: De rodillas.”- En ese momento Algercito, luego Germán y luego Lulú se arrodillaron. Adela pregunta a Mariana –“¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Porqué el consejo se ha puesto de rodillas?”- Mariana responde –“Es la emperatriz… arrodillémonos también”- Todos, incluyendo a Trooper y los suyos, y el resto de los llegantes fueron arrodillándose rodeando a la que llamaban “Emperatriz”. –“¿Qué hacen? ¿Porqué se arrodillan? ¿Sol?”- El sol le sonríe, alza una ceja y solo con su gesto le recuerda que ella ya sabía porqué lo hacían; no obstante, la extrañeza nunca logró escaparse de la homenajeada.
–“Oh salve nuestra Emperatriz retornante, promesa de los reyes de pasado, sustento de nuestros días del mañana”- clama Algercito, y el resto de la audiencia le responde –“Oh salve Misfit, reina de la aldea y de todo lo que le rodea”- -“Misfit. Me han llamado Misfit al unísono… Talvez pueda aguantarme a tanto aplauso y gimoteo después de todo”- Se dice Sabine a sí misma.
Un puerquito llega corriendo y les ve a todos de rodillas rodeándole y grita –“Señor Maul, señor Maul… ¡El Alcalde Rey viene de regreso, si ve toda esta faramalla se enojará con usted y todos los festejantes!”- El puerquito ve a quien reverencian y cierra con un –“oh… ahora veo”- En ese momento, del lado derecho del bosque emerge el Alcalde Rey Cerdo, un puerco gigantesco con corona y manto real postrado sobre un trono majestuoso instalado en un carrito jalado por muchos puerquitos y honguitos esclavos. El gran animal destaca incluso por encima del más alto de los jugadores de Mis´d-fut. Y cuando finalmente está totalmente dentro de escena exclama –“¿Qué pasa aquí? ¡¿Qué demonios está pasando aquí?!”- La entrada y las preguntas claramente le recordaron a Sabine los momentos cuando Godinez emergía de su carro defectuoso corriendo a Nostromo. El puerquito que antes trató de persuadir a Germán le dice –“Señor, yo antes he visto lo que hacen, y les he tratado de advertir que no lo hicieran, puesto estaba próximo a llegar, pero al ver porqué lo hacían los entendí por completo”- -“¿Qué? ¡¿Qué diablos dicen Pigette?! ¿Los estás justificando?”- -“Pues señor, usted también los entendería si viese a quien se postra en medio de ellos mirándonos con extrañeza”- -“¿Quién? ¿Quién es ese o esa que dices? ¡Si por alguien se arrodillaran los aldeanos, sería por mí, no por un cualquiera desconocido!”- -“Señor, mírela por favor, no quiero ser yo el grosero ni contra su persona ni contra la de ella”- -“Ok, ok, esclavos, tráiganme mis lentes”- Un honguito sube al carruaje con unos lentes y se los pone al Alcalde –“A ver, a ver, veamos lo que causa semejante conmoción”- Se ajusta bien los lentes, enfoca la mirada y la ve, la ve con gran detenimiento, por unos segundos queda enmudecido. –“Santo dios cerdo”- Mira hacia al cielo, el sol le sonríe, y luego pone su mano sobre su frente, la pasa hasta llegar a sus gigantes cachetes –“No puede ser cierto”- -“Lo es, señor Alcalde Rey”- menciona el sol –“¿Y entonces qué procede?”- -“Actuar como te enseñaron tus ancestros ¿De qué otra manera actuaría Sr. Alcalde?”- El Alcalde vuelve a dirigir la mirada hacia Sabine, y como si ella no le escuchara, continúa –“¿Y cómo sé que es la verdadera ella?”- -“Lo es. Simplemente lo es. Yo lo sé, tú lo sabes, ellos lo saben”- -“Oh demonios, tenía que pasar un 25 de abril”- Sus manos, ansiosas, juegan entre ellas, Sabine no sabe qué decir así que le deja ser. El Alcalde balbucea nadas para sí mismo, y finalmente se recarga en su trono, bajando los brazos resignado a lo que parece ser verdad; su cabeza mira hacia arriba y exhala un respiro de aire porcino y vuelve a mirarle. Los aldeanos están ansiosos por ver qué sucederá ahora que su verdadera emperatriz ha arribado.
-“Tú eres Sabine, la Emperatriz Misfit”- Se corrige de inmediato –“Disculpe, usted es Sabine, la emperatriz Misfit; la creadora de nuestra aldea, y de nuestro mundo también ¿es cierto eso?”- El pueblo entero le voltea esperando se revele ella misma. Con mueca de duda ella responde titubeante –“Ehm… eso creo…”- La respuesta y más que nada la manera no dejan de todo convencido al Alcalde –“No le veo convencida del hecho de la seriedad del asunto, su majestad”- -“Este… sí, sí soy Sabine, la emperatriz Misfit”- El Alcalde voltea dudoso a ver a Pigette, sabiendo que talvez es el único de la aldea que no ha quedado convencido de su autenticidad. –“Disulpe majestad si dudo, pero debe saber que de encontrarse cierto lo que todos creemos que pasa, estaría consagrándonos la existencia con solo este minuto de su llegada”- -“Dudo, de mucho de lo que pasa aquí…. Pero de algo sí estoy seguro, y es de que mi nombre es Sabine, la emperatriz Misfit”- Ésta última respuesta apacigua un poco más al dirigente. –“Pues bien, si así lo dices, si así lo dicen…”- Toma un respiro y continúa –“Si así lo creo, no me queda otra que llevar a cabo el protocolo al que siempre hemos sido preparados. ¿Quién diría que sería un 25 de abril y no otro día?”- Alza los brazos en convocatoria y exclama –“Hermanos aldeanos, entonces si este es ese día que tanto estuvimos esperando, pasará como nuestros abuelos y nuestros ancestros, y como nuestro vanagloriado Rey Mago nos enseñó que lo hiciéramos... ¡Esta noche celebraremos nuestro Día de Regreso! Así que levántense y festejen, que nuestra verdadera líder, reina y emperatriz finalmente ha llegado a deleitarnos con su presencia ¡Oh salve nuestra Emperatriz retornante, promesa de los reyes de pasado, sustento de nuestros días del mañana”- Los aldeanos se alegran, y le responden emocionados –“Oh salve Misfit, reina de la aldea y de todo lo que le rodea”- El sol sonríe, y todos se levantan aplaudiendo. Todos quieren acercarse a tocar o estar cerca de Sabine, pero inmediatamente tanto los amigos de Trooper, como los de Britany, como los que oyó ser llamados “El Consejo” hacen una valla porcina alrededor de ella alejando a la chusma emocionada –“Ok, ok, la fiesta será esta noche, no hay nada que ver aquí, vayan a sus casa a preparar lo que sea que hayan estado preparando para el festejo de regreso”- -“Fuera, largo de aquí, en la noche podrán tocar o ser bendecidos por nuestra creadora retornante”- Alvin voltea a ver a Sabine entusiasmado y le dice –“Está de locos que realmente sea usted, es el momento más emocionante de mi vida”- Adela le dice a Mariana –“Es tan bonita, ¿Está bien que le diga que talvez es la persona más bonita y con más estilo que haya visto?”- Mariana voltea a ver a Britany buscando respuesta a la pregunta irrespondible. Britany les sigue –“Es la más bonita y la más estilizada que hayamos visto todos”- Mariana se relaja y grita a los salientes –“¡Salve Misfit, reina de la aldea!”- -“¡Salve Misfit, reina de la aldea!”- Le responden todos pese a irse saliendo poco a poco de la escena.
Al final solo quedan sus amigos del mundo real. Sabine les cuestiona –“¿Qué diablos está pasando chicos? Ya se fueron todos, ya pueden decirme qué sucede ¿porqué tienen nariz de puerco?”- Lulú se sorprende de la pregunta, Algercito la calma y le dice –“Tranquila Lupig, el Rey Mago habló de confusión en nuestra emperatriz el día que regresara”- Lulú se serena y Algercito continúa –“Mi Lady, nosotros tenemos está forma pues nos creaste imperfectos, nunca a tu imagen y semejante; siempre para dejar bien claro la distinción entre tú y nosotros; siempre distinguible, siempre más bella que cualquiera de nosotros… nos llamas cerdos, pues eso somos comparados con la angelical presencia que representas… Tu magnificencia es incomparable con la de cualquier aldeano… Pero bueno, eso ya lo debes saber, e imagino que esto es parte de una prueba para saber qué tan preparados estábamos para tu llegada. ¡En fin! Debo de ir a hacer los preparativos para la fiesta, pues como escuchaste y seguro ya sabías, nosotros somos el consejo, heredadamente seleccionados para tratar el asunto de tu llegada el día que regresaras… El día ha llegado, apremiante presionante momento este es. ¡A preparar la fiesta! ¡Fiesta para la reina emperatriz! ¡Ama del todo, creadora de aldeas y porcinos! Nadie a su altura, nadie de su envergadura.”- Una música gitanezca de fiesta (Emir Kusturica) comienza a escucharse dentro de los preparativos; Algercito toma a Lulú de la mano y se la lleva mientras baila y aplaude.
Germán y Sabine quedan a los pies de la estatua del Rey Mago, y ella le reitera –“¿Tú sí puedes decirme qué demonios está sucediendo? ¿Dónde demonios estamos? ¿Cómo llegaron ustedes aquí y porqué se ven como se ven?”- Germán, desconfiado, le pregunta –“¿Es una nueva prueba, su grandeza?”- -“¿Su grandeza? ¡Germán, deja de actuar como tarado y dime qué sucede!”- Germán queda asustado –“¡Germán, dímelo ahora!”-  -“Señora Misfit, le juro que no sé de qué está hablando ¿es una prueba como la que le hizo a Alporksy?”- -“¿Alporksy? ¿Es una broma? Incluso… no puedes engañarme… oí que tú sí fuiste llamado Maul”- -“Maul es mi nombre, madame, no Germán… No sé porqué me dice Germán”- Germán baja la cabeza asustado. –“Diablos, este mundo al revés no tiene razón de ser”- Se dice Sabine, y le sigue el juego –“Bien, lo entiendo… Has pasado la prueba, estás a salvo, has sido bien instruido Maul… tenías razón, era una prueba, y es una prueba puesto que tengo una tarea única para ti: Quiero que mapees todo el lugar, me des detalle hasta el más mínimo de todo lo que hay y ocurre aquí, me vas a decir de dónde viene cada aldeano, y vas a averiguar de dónde he venido yo”- -“¿Usted? ¿Cómo podría saberlo?”- -“Lo investigarás, te convertirás en mi investigador personal ¿te gusta la idea? Nadie estará en ley por encima de ti ¿qué dices?”- -“¡Vaya! ¡Qué honor! No sé porqué me otorga semejante voto de confianza”- -“Yo lo veo todo ¿no lo recuerdas?”- -“Ajaaa…”- -“Y en ti veo más allá de lo que el consejo mismo ve… Más que Algercito…”- Germán le mira desconcertado –“Perdón, Alporsky”- Germán sonríe –“Que él se encargue de los asuntos de la fiesta, tú verás, por mí, los asuntos de este mundo, un geógrafo de todo lo que sucede en este extraño lugar ¿te parece? ¿estás conmigo?”- Sabine estira la mano para cerrar el trato –“¿Cómo no podría estar con usted, mi comandante?”- Germán le brinda la mano a ella y el trato se cierra. –“¿Y qué hago ahora, emperatriz?”- -“Comienza Maul, solo comienza, sé el topo que has nacido para ser”- -“¡Sí!”- Dice con un gesto completo de emoción y sale corriendo de ahí.
Pigette y el Alcalde aparecen en el borde de la escena, a media luz, el resto del bosque baja la iluminación –“¿Qué opinas Pigette? ¿Qué piensas de la supuesta reina regresada?”- -“Señor, pues cumple con todo lo que el Rey Mago dijo sobre su regreso”- -“¿Qué tal si tan solo es una forastera disfrazada que quiere desterrarme y quedarse con todo lo que por mandato divino ya es mío”- -“¿Realmente lo cree, señor?”- -“Estoy a nada de estar seguro de lo que digo”- -“Pero si no está seguro de su seguridad ¿cómo podría asegurarse de ésta?”- -“Tú me ayudarás… Vigílala, déjala mostrarse como es, déjala ser y caer, que si algo en común tienen todos los falsificadores, es que nunca son enteramente a quien están falsificando”- -“¿Y qué hago señor?”- -“¡A hurtadillas! ¡Entre los arbustos! ¡Con la ropa de tu tía! ¡Como te venga en gana! Pero espíala, vigílala, sé testigo de su traición, que si mi inseguridad es asegurada, esto asegurará el camino seguro a la única verdad asegurada: ¡Un traidor es un traidor! ¡Un ursurpador es un ursurpador! Pero algo peor que todo eso ¡Un falsificador de la emperatriz es un muerto que camina!”- Pigette se asombra de las palabras de su jefe –“En la aldea nunca se ha matado a nadie… Ni en los libros y pergaminos más antiguos se habla del asesinato como castigo a ninguno de los aldeanos”- -“Pero ninguno de los aldeanos de antaño pudo haber enfrentado peligro tal como el que nuestra aldea enfrenta ahora, si esta ursurpadora consolida su cometido, será el final de nuestra aldea, el final de nuestra raza, y nunca más viviremos un 25 de abril como el que vivimos hoy, el año pasado o el año anterior al pasado…”- Pigette lleva sus manos a su boca, tapa su sorpresa –“Señor, espero que esté equivocado de todo lo que dice”- -“Yo también lo espero, Pigette, yo también lo espero, que sabes que lo que más amo es esta aldea, y por nada del mundo la dejaría caer en la desgracia de un entrometido llegado de la nada. ¡Corre ahora! ¡Comienza tu tarea que tarde todavía no es para evitar la tragedia máxima de nuestra aldea!”- Pigette da un brinco y se echa a correr con tanta velocidad como sus piernas alcanzan. El Alcalde se queda solo, y en soliloquio dice –“Aunque omití algo, mi querido amigo Pigette, que lo que realmente más amo de esta aldea es ser yo quien la gobierna… No una extranjerucha que nada tiene que estar haciendo por aquí”- La luz sobre él se apaga.
El resto de la escena, a media luz, solo deja ver a Sabine, a los pies de la estatua, y al sol, que cada vez tiene los ojos más adormilados. Éste le dice –“¿Ya ves? Todo salió como te dije”- -“Parece que sí, sol ¿tú irás a la celebración?”- el sol bosteza –“No, Misfit, no lo creo, siempre a esta hora comienza a darme tanto sueño que ni los fuegos artificiales de ningún festejo nunca me han despertado… me da un gustísimo tenerla de regreso, pero dudo mucho que el más emotivo de los festivales me mantenga despierto un minuto pasado de la caída de la noche… Soy viejo, su alteza ¿qué le puedo decir? Solo espero que se divierta y pase el mejor de los festejos, lo merece, usted nos creó… Me da un gustaaa…”- Bosteza –“Un gustazo que hayas regresado”- Otro bostezo –“Un bostazo… un bostezo… Un…”- Sus ojos se cierran, y poco a poco desciendo por debajo de las montañas del horizonte, atrás de las cabañitas de la aldea.
El cielo está entre rojo y rosado, la noche está casi por encima de la aldea, los focos de dentro de las cabañas comienzan a prenderse; algunas tienen series, como navideñas, que decoran los portones principales, de algunos árboles también salen destellos de luz, la música sube de volumen poco a poco; de una misteriosa tonada percutiva de jazz swing se escucha una voz conocida se hace presente –“¿Ahora qué piensas de mis viajes místicos? ¿Me sigues pensando un secuestrador narcomenudista?”- -“¡Nostromo! ¡Tú sí eres normal!”- Sale Nostromo de entre las sombras –“¿Porqué no lo sería? Además, soy tan normal, como alguien como yo podría ser ¿no crees?”- -“¿Porqué todos tienen nariz de puerco? ¿Porqué todos me tratan como si fuera una reina?”- -“Una emperatriz, de hecho”- -“Potato patata… ¿A dónde nos trajo la puerta por la que entré?”- -“Las puertas mágicas conducen a cada persona a lugares diferentes; la puerta a ti te trajo a donde debías estar… ¿No te sentían perdida y menospreciada? ¿Humillada y mal valorada? Por lo que veo aquí te tratan como tú necesitabas ser tratada”- -“¿Lo has visto todo?”- -“Desde antes que sucediera, pero es una historia larga e innecesaria de contar”- Sabine hará otra pregunta pero Nostromo la interrumpe –“¿No tienes una fiesta a la cual asistir?”- -“¿Tú irás?”- -“No, yo no puedo ir, no es mi aldea, solo me aseguraba que estuvieras bien… no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado y si habías hecho algún destrozo o algo por el estilo por aquí… Sé prudente Misfit, pese a ser una puerta que te llevó a donde debías estar, dentro de cada mundo existen peligros que tú misma diseñaste… Sé que pasa, pero aún no estoy seguro de saberlo, la realidad es bastante flexible y mal encarada. Solo ten cuidado ¿está bien?”- Sabine asiente –“¿A dónde irás mientras? ¿Nos volveremos a ver?”- -“Sí nos veremos, lo sabrás cuando me veas… Y a dónde iré no es de tu incumbencia… en algún mundo hay algún director clasicista al cual molestar, no me lo perdería por nada del mundo ¿tú lo harías?”- Ella sonríe y responde –“Imagino que no, Nostromo, imagino que no”- -“Anda, tu realidad apenas comienza, no dejes que ese espíritu festivo se desperdicie en la realidad de alguien menos interesante”- Se sonríen de despedida, y dando pasos hacia atrás Nostromo va desapareciendo entre los árboles, todo a la par que el cielo se torna nocturno y la música de fiesta elimina por completo los 60bpm en los que la rítmica del vagabundo se desarrolla.
La noche estrellada sobre la aldea se vuelve el techo de la fiesta preparada para la emperatriz; uno que otro fuego artificial se torna parte de la coreografía estelar. La música festiva invade el salón, los aldeanos van saliendo bailando de todos los lugares que pudiera haber. Algunos van haciendo acrobacias coreográficas, otros bailan azarosamente, una tambora pequeña se centra al fondo central de la escena. Los músicos llevan uniformes rojos con detalles dorados y sombreros como de orquesta de 4 de julio, excepto que no es 4 de julio, sino 25 de abril, el día más feliz para los aldeanos que festejan la llegada de Sabine.
Los primeros conocidos en entrar son los grupos de Trooper y Britany que bailan increíblemente para conmemorar la estadía de su emperatriz. Grandes malabares y escenas dancísticas se suscitan ante Sabine, quien sigue casi exactamente donde acababa de platicar con Nostromo. Ella se deleita con su celebración.
Algercito llega con Lulú, con un aerófono que usa de micrófono y grita –“¡Que entren los Mastines!”- -“¿Los mastines?”- Dice Sabine para sí. Una danza regional empieza a salir del lado derecho con una música del noreste (Taraf de Haidouks), aldeanos altos con peludos atuendos y cara de mastín tibetano brincan y se imponen como una danza específica de la región a la que habían llegado. Giran, las chocan, brincan, todo un espectáculo digno de una reina. Algercito se acerca a Sabine y le pregunta –“¿El Rey Mago tenía razón? ¿Amas esa raza canina?”- -“Adoro los mastines tibetanos”- -“El baile lo inventaron nuestros bisabuelos para este día que llegaras”- Mientras los mastines siguen su danza, los primeros en llegar al festejo van tomando su lugar en escena sentándose y siendo parte de la audiencia que mira el gran baile que cada vez iba más rápido. Todos quedaban fascinados con la danza de los mastines, que cafés y negros eran iluminados tanto por las luces de las estrellas como por proyecciones lumínicas provenientes de los tejados de las casitas.
La luz queda casi apagada, y del centro, al fondo, aparece una garza alta y femenina, bailando con puntas de ballet, de sus alas, las que serían manos en la tierra de verdad, salen abanicos que acompañan su danza delicada e imponente. Tanto los puerquitos, como los mastines, honguitos y personajes principales contemplan su elegante baile, el solo le interrumpen dos aves rosadas que surgen de los lados izquierdo y derecho, y éstas, ya con sus abanicos abiertos desde que llegan, se unen a la danza de la garza central, ella blanca y más bella que las rosadas; conviven, cierran los ojos gozando la elegancia de la música… de un momento a otro toman a los honguitos para acompañarles en el festejo de cristal. Sabine pregunta a Algercito –“¿Estas qué?”- -“Son las Horas, las seres más bellos de nuestra aldea, solo salen a los festejos principales… la última vez que las vimos fue cuando coronamos al alcalde… Cuentan las malas lenguas que incluso él y la Hora principal, 12, tuvieron un romance”- -“¿Lo hora principal se llama 12?”- -“Sí, las otras son 3 y 9”- -“Oh… todo es tan Ponchielli”- -“¿Tan qué?”- -“Ponchielli, es un compositor de donde vengo”- -“¿Un compositor?”- -“Por cierto ¿De dónde sale toda la música?”-
 La música se detiene y doce personajes masculinos de apariencia delgada, de color café y con enormes máscaras que parecen africanas salen de entre todas las casitas. Seis cargan y tocan grandes tambores de distintos estilos, y seis bailan. Las horas salen de escena mientras estos van acercándose a la estatua del Rey Mago. Su ritmo es muy tribal, provocan el movimiento de todos los asistentes; hasta las estrellas se mueven a la par de los aldeanos. –“Ésta música me gusta más”- dice Sabine a Algercito mientras ambos menean la cabeza; Algercito solo le sonríe mientras contempla la danza. Las luces de las casas prenden y apagan mientras los sonidos continúan moviendo hasta quienes les observan desde afuera. Por último emerge un chamán, un personaje vestido como ellos, pero con una máscara más grande y tenebrosa. Los bailarines y los percusionistas se acercan a él mientras va adentrándose a un ritmo más imponente, bufa vapor, la escena se torna mística, la ambientación azulada. –“¿Cómo hace eso?”- -“Es el chamán, el jefe de la tribu M´Bah, los bailarines y los tamborileros. Él los creó de las brasas de una fogata. En alguna era él y el Rey Mago fueron grandes amigos, pero hace muchas eras pelearon… Luego el chamán tuvo problemas de los que el Rey Mago le rescató y a cambio de esto, prometió que se reaparecerían el día que la creadora de la aldea volviera… Lo que ves es la primera vez que vuelven… ellos no necesitaban invitación al festejo… Llegarían de la nada a la gran celebración pues estaban predestinados a hacerlo”- El Mago se acerca finalmente a Sabine, mueve su bastón mágico y se aleja de los aldeanos, perdiéndose nuevamente en el bosque.  –“Qué honor”- murmura Algercito a Sabine, y ella solo responde con una mueca de desconcierto.
Ahora con el aire vuelto a la normalidad en la escena, con todos los personajes sentados, de entre las sombras aparecen Pigette y el Rey Alcalde, sentado en su trono jalado por los puerquitos esclavos. –“¡Bravo! ¡Bravo!”- exclama –“Hasta el viejo chamán ha venido a la celebración, y ni siquiera a mi coronación vino; creí que las historias de la salvación del Rey Mago era solo eso, una historia”- Los aldeanos lo ven en silencio, se siente un aire de miedo de ellos contra él; él es cínico, obstinado y creído; no se ve que a alguien le agrade su presencia ahí. El trono, con ruedas pegadas para que él no tenga que volver a caminar pues se dice que él dijo que solo los plebeyos caminan, es jalado hasta postrarse en frente de Lulú, Algercito y Sabine. El Alcalde les mira despectivamente y dice –“¿Dos del consejo? ¿Dónde se encuentra el tercero? ¿Dónde está Maul?”- -No lo veo entre los otros asistentes, señor”- dice Pigette –“No, en efecto no está, Pigette… ¿Sabe usted dónde se encuentra, su majestad, deidad recién regresada?”- -“No, Sr. Alcalde, no sabría decirle porqué no llegó a mi celebración, créame que eso me frustra un tanto, y me llena de desdicha”- -“¡¿De desdicha?! ¡Válgame el cielo! ¡Si así le han recibido los concejales ¿Cómo le recibirá el resto de los aldeanos, pueblerinos insulsos?!”- Algercito ve a Sabine con extrañeza, él sabe que ella sabe dónde está, solo que el puerquito organizador no fue informado de lo mismo –“¿No cree, su majestad que su ausencia no solo es una imprudencia, sino un insulto?”- -“Señor, yo creo que Maul debe de haber tenido algo extremo que hacer si no ha venido al festejo para el que trabajó toda su vida”- se entromete Algerito –“Concejal Alporsky, no se entrometa por favor, deje a nuestra invitada principal que exprese el coraje que la ausencia pudiera causarle, no le privará de una venganza que la mera aflicción merece ¿o sí?”- Dice el Alcalde alejando al puerquito concejal. Lulú solo observa sin decir nada. –“¿Una venganza?”- dice Sabine apenas entendiendo qué sucede y qué había provocado –“¿Una venganza solo por inasistir?”- -“Su dedidad, mire a su alrededor ¿a poco cree que todo este esfuerzo merece la ingratitud de alguien que juró dedicar su vida a este momento? Usted no puede ser tomada a la ligera… Finalmente, si usted nos creó, usted puede destruirnos”- -“No quiero destruirlos, señor Alcalde, estoy muy contenta gozando de toda esta celebración en mi nombre… Seguramente el Concejal Maul tiene un motivo bastante importante para ausentarse”- -“Ningún motivo es tan importante como para hacerle una grosería de semejante tamaños, mi lady”- -“Oh, pero no ha sido ninguna grosería”- Responde Germán calmado mientras entra en escena seguido por una carroza jalada por seis enanos cabezones; la carroza repleta de tambos; el Alcalde voltea fúrico hacia el atrasado –“¡Llegando tarde al máximo de los festejos, si fuera por mí, tu castigo sería la muerte!”- Interrumpe su coraje, y con una risita hipócrita voltea a ver a Sabine y concluye su sentencia diciendo –“Pero claro, su señoría, ahora ya no depende de mí, ahora depende, enteramente su sensato juicio creador, su benevolencia, su temple castigador y su sabiduría genética omnipresente”- -“¿Dónde estabas Concejal Maul?”- Pregunta Algercio un tanto angustiado; Sabine se preocupa de que vaya a decir la verdad de a dónde le había enviado. Germán contesta felizón –“Pero claro que tengo un motivo de peso para ausentarme del comienzo de tan importante celebración ¿Porqué creen que me perdería la fiesta más grande del milenio?”- -“¿Porqué Concejal Maul?”- Insiste Algercito esperando una respuesta que le costara un castigo ante el evidentemente enfadado líder de la aldea –“¿Pues qué motivo sería tan importante para llegar tarde si no era hacer una visita a la aldea de los enanos para pedirles que surtan a nuestra querida aldea de vino y cerveza?”- Algercito sonríe, luego Lulú, luego Sabine. El Alcalde sabe que miente, Pigette también, pero ambos mienten al consejo con sonrisas mal hechas –“Jajaja, por supuesto que la cerveza es importante, pero justo ahora dictaminábamos si tu atraso ameritaba castigo de muerte, exilio, traición o qué, mi querido Concejal Maul”- Dice el Alcalde en espera de una respuesta inesperada –“¿Es eso cierto mi querida creadora? ¿Seré castigado por mi retraso? Si así lo decidiera, sabe que abrazaría su juicio con humildad y gracia”- dice Germán mientras hace una respetuosa reverencia. Sabine responde –“¡No! ¡Claro que no! Nos has dado un motivo más que justificable no llegar al comienzo de la fiesta, que por muy genial que haya estado, sin vino y sin cerveza el resto de la celebración no tendría sentido alguno. Revoco cualquier sanción que los aldeanos crean ameritaba la tardanza del Concejal Maul”- -“¿Había sanciones por tardanzas?”- Dice indiscretamente Lulú, Algercito contesta –“No, no las habí…”- El Alcalde le interrumpe exclamando –“¡Siempre las hubo! Si nadie las recuerda es porque seguro nuestra creadora les ha borrado ya las mentes para no generar prejuicio contra nuestra tardado”- -“¿Nos borró la mente, señora?”- dice anonadada Lulú; antes de que Sabine le conteste, el Alcalde responde alzando la voz para no darle oportunidad de negar –“¡Claro que lo ha hecho! ¡Tiene poder para eso y para lo que le venga en gana! Claro que en su misericordia y gracia, nuestra creadora jamás podría admitirlo ¿no es así mi lady?”- Sabine iba a contestarle, pero nuevamente le gana la continuación, contestándose solo su pregunta –“¡Claro que es agraciada, todos lo sabemos! ¡Y en el nombre de ésta gracias brindaremos y festejaremos la noche entera! ¡Viva nuestra reina! ¡Viva la Sra. Misfit!”- -“¡Viva!”- Claman todos menos Sabine, Algercito y Maul. –“¡Pues bien, ¿Qué esperamos? A fiestar!”- dice el Alcalde siendo llevado hacia el resto de los aldeanos que se levantan y comienzan a hacer filas para que los enanos les sirvan cerveza.
En primer plano quedan Sabine y el consejo. Lulú les observa y voltea a ver el carruaje, y les vuelve a ver, y luego al carruaje, y así un par de veces más, hasta que Maul le dice –“¡Ve por tu cerveza, nosotros podemos atender a la creadora!”- Lulú exclama un “yupi” y corre a formarse con el resto de los aldeanos.
-“¿Dónde estabas Maul?”- dice Algercito preocupado, pero antes de tener respuesta de Germán, éste voltea a pedir aceptación de Sabine de compartir el secreto, ella accede –“Estaba buscando datos para Misfit, recién llegó me encargó que checara cada detalle por más insignificante que este fuera para conocer cada punto de la aldea”- -“Ya lo conocíamos, no hay mucho que describir más que lo que se ve a la vista”- -“No, el Alcalde guarda más secretos de los que uno creería, encontré detrás del mueble de su sala una bodega repleta de puertas que eran imposibles de ser abiertas; no obstante, creo que si no han de abrirse es por algún conjuro del Rey Mago para que solo Misfit las pueda abrir”- -“¿Yo? Créanme que ustedes me tienen en una estima que ni yo comprendo. Seguro que me siento más feliz y completa que nunca, pero no tengo tanto poder como ustedes creen… Por eso mismo sigo confiando en ustedes mi estadía aquí”- Ninguno de los dos le cree, comienzan a creer que la humildad de la que habló el Alcalde puede ser verdadera.  Algercito continúa –“Además ¿porqué el Rey Mago no nos dijo nada de esa sala secreta?”- -“El Alcalde tiene más respuestas a preguntas que ni siquiera se nos ocurrieron a nosotros aún… El Rey Mago era muy misterioso en todos los sentidos posibles ¿no crees que el municipio guarde algún secreto privado que nuestras familias nunca conocieron?”- -“¿Porqué el Rey Mago confiaría más en el municipio que en las familias que respaldamos su legado generación tras generación?”- -“Las verdades del Rey Mago eran más irrespondibles que cualquiera de las preguntas que nos hayamos formulado durante toda nuestra vida”- -“Eres más profundo aquí de lo que nunca fuiste en mi otra realidad”- Interfiere Sabine, pero a ellos no parece importarles su acotación… o más que no importarles, como no entienden el comentario no quieren verse groseros con la “creadora” –“Esa sala es un misterio mayor a cualquiera que nos hayamos enfrentado, y encontrarla justo hoy, 25 de abril, eso lo hace más y más misterioso de lo que se me ocurriría”- dice Algercito meditando, volviéndose todo un detective. Germán añade –“Debo investigar más… hoy, que hay fiesta planeo buscar en las bibliotecas municipales por esa información faltante”- Entonces llega Lulú con dos tarros de cerveza; Germán le pregunta –“¿2 Tarros?”- -“Uno es para la Sra. Misfit, para que no se tenga que formar”- Responde ella y le entrega su tarro a Sabine, ella agradece comentando –“Oh… muchas gracias ¿cómo sabías que odio formarme?”- -“Fui educada para venerarla y servirla por siempre; ahora que tengo la gran oportunidad no la quiero desperdiciar”- -“Las mejores palabra que me han dicho”- Sonríe y toma un trago a su cerveza –“¿Ustedes dos no van a ir por un trago para festejar?”- Hacen gestos incrédulos, pues nunca creerían que ella les invitara a ser parte de una fiesta –“¿Qué? ¿No les gusta la cerveza?”- -“Nadie nunca nos dijo que festejáramos… Solo teníamos la instrucción de organizar”- dice Algercito –“¿En serio? ¡Vayan! Por el amor de dios, son más raros aquí que en el mundo de donde vengo”- Extrañados, Algercito y Germán caminan hacia la fila de los aldeanos alejándose lentamente. Lulú les ve, y voltea a ver a Sabine, y luego a ellos, y después a la “creadora”; ésta le dice –“Ve con ellos, acompáñalos, ahorita podemos platicar y fiestar juntos hasta la madrugada”- Lulú se emociona y corre con ellos. Mientras se aleja Germán le dice a su acompañante –“De todos modos pretendo infiltrarme a la biblioteca, más noche”- -“Creo que es lo mejor que puedes hacer”- -“Ahora probemos la cerveza y veamos porqué tanto alboroto”- dice Germán justo antes de llegar a formarse con el resto.
Sabine queda sola a los pies de la estatua, contempla a los festejantes y se dice –“Así que este reino lo construí yo… Qué extraño… No sé qué demonios está sucediendo”- Un festejante con máscara tribal m´bah se le acerca y dice –“Qué bella noche para festejar ¿no lo cree su alteza?”- -“Sí, es un festejo como ninguno al que haya asistido, uno como siempre soñé”- El enmascarado no tiene el disfraz que los danzantes llevaban, éste trae una gabardina vieja con parches en los codos, como alguien a quien Sabine ya había conocido antes; tiene consigo un tarro se cerveza también –“Seguro solamente imaginó la posibilidad de un mundo perfecto ¿no, su alteza?”- -“Salud Nostromo, sabía que vendrías a una fiesta si era de este calibre”- -“Lo sabías porque ya entendiste que tú la organizaste”- -“No, en realidad no entiendo nada de lo que ha pasado esta noche”- Da un vistazo a todo a su alrededor y aún no llega a vislumbrar las maravillas que hay en la aldea; sigue atónita. Nostromo da un sorbo a su cerveza y menciona –“Es muy bella esta realidad a la que te has llevado, valió la pena abandonar a tu madre para visitar dichoso lugar como este”- -“Mi madre ¿la conoces?”- -“Claro que la conozco Sabine. Ella se quedó donde la existencia parece un lugar más estable”- -“No había pensado en ella desde que llegué aquí”- -“Y no lo hagas, mejor, arruinaría tu estadía… mejor toma la cerveza que ni siquiera has probado”- -“¿puedo decirte algo Nostromo? ¡Pero promete que no te burlarás!”- -“¿Qué pasa?”- -“La única vez que probé la cerveza fue porque mi tío Marcos, el hermano de mi mamá, me dio un trago cuando tenía ocho años… Recuerdo que no me gustó, pero siempre soñé que en la fiesta perfecta tomaría como vikinga y fiestaría hasta que el sol me calentara con sus rayos de primera hora”- -“Si no quieres tomar, no lo hagas”- -“No, sí lo quiero”- Da un trago a la cerveza, un trago grande, se atraganta –“Con calma niña, con calma”- Tosiendo, Sabine le responde –“Wow, ésta es la bebida más deliciosa que hay probado”-  -“No eres tan tonta como para no darte cuenta que casi todo lo que está en este lugar está hecho para causarte satisfacción ¿o sí? Eres una diosa, ten el temple de tal”- Sabine sigue tomando emocionada; Nostromo da un trago más pequeño y dice –“Realmente no vine para festejar tu llegada, temo decirte…”- -“¿Ah, no? ¿Entonces porqué apareciste tan pronto?”- -“Porque empezaste a mover las fichas y me preocupa lo que pudieras hacer”- -“¿A qué te refieres?”- Toma un trago y se interrumpe abruptamente –“¿Querías que el Alcalde castigara y matara a Maul? ¡No! ¡Ni aquí ni allá afuera dejaría que alguien le hiciera nada! ¡No lo permitiré!”- -“Calma Sabine, calma, déjame hablar y sabrás a lo que me refiero”- -“Me has llamado Sabine, no Misfit, nadie me había llamado así desde que llegué aquí”- -“A veces es necesario oír tu nombre para poner los pies en la tierra”- -“Disculpa, ¿a qué te referías?”- -“Sí era sobre Maul, pero no sobre su ejecución… sobre las leyes haz lo que tú quieras hacer, tú los creaste, tú los puedes eliminar”- -“Pero yo no los…”- -“déjame decirte niña, y luego sigues molestándote en ser modesta”- -“sí, perdón”- -“La ficha que has movido es Maul, y no por evitar su muerte, si no al afrontarlo a la realidad de las puertas que yo antes te mostré”- -“Yo no sabía que hallaría esas puertas, y cuando nos contó no imaginé que eran del mismo tipo de puertas que tú me mostraste”- -“No es exactamente lo mismo, pero sí similares… y si el Rey Mago no les contó es porque el Rey Mago no sabía que las puertas estaban ahí”- -“Conoces más de este lugar de lo que dices conocer”- -“Un poco, pero el caso de mi aparición no es para contarte de dónde y porqué manejo las puertas que conoces… solo he venido a advertirte que yo te mostré la mejor puerta a la que debías entrar, si entras a otras que no debieras los resultados no serán los mismos”- -“¿porqué entraría a otra? Todo aquí es fascinante”- -“Pero si alguno de tus amiguitos entrara no te garantizo que puedan regresar”- -“Oh… comprendo… empiezo a entender a dónde te diriges”- -“Ten cuidado Sabine, que estás a la orilla de una decisión que aún es posible de evitar”- -“Ok Nostromo, gracias por el consejo, lo tomaré más que en cuenta”- -“Debo dejarte para que te diviertas en tu celebración”- Acaba el resto de su cerveza de un trago –“¿Hay algo más en lo que pueda ayudarte por ahora? ¿Alguna pregunta más superficial en la que creas que puedo ser bueno respondiendo?”- -“En realidad sí la hay… Pensaba preguntársela a Alger o a Maul cuando volvieran, pero ahora que estás aquí creo que tienes más posibilidad tú de saber la respuesta que ellos”- -“¿Cuál es la pregunta?”- -“¿Porqué 25 de abril?”- Nostromo tuerce la boca y le responde –“Niña, si tú no sabes la respuesta, no puedo ser yo quien la responda tampoco. Buenas noches nuevamente, su majestad”- Nostromo desparece en las sombras, entre la gente que festeja. Algercito, Germán y Lulú regresan a ella; todos beben felizmente; Sabine se da cuenta que se le había terminado la cerveza –“Vaya… Apenas vuelven y yo ya tengo que ir por otra cerveza”- -“No, no tiene, su majestad”- exclama Lulú y le muestra que ella trae dos cervezas, una se la da a su “reina”.  Sabine les pregunta a los hombres –“¿Y sí les gustó la cerveza?”- Algercito contesta –“Es amarga pero sabrosa, tal como la describieron nuestros padres”- -“Sigo creyendo que es la bebida de las masas, seguro en algún lugar haya alguna bebida con mayor caché para alguien como yo”- dice Germán; Sabine le contesta –“En mi mundo se llama whiskey”- -“Vaya, háblame más del susodicho whiskey”- -“Claro, vamos con la gente me gustaría conocerlos”-
Los cuatro se alejan del primer plano mezclándose entre los aldeanos, van platicando mientras el cielo deja ver estrellas cada vez más brillantes que de un momento a otro empiezan a convivir con fuegos artificiales. Las luces de la escena se van perdiendo entre la música y las pequeñas luces de las casas con cara de cerdo. El telón baja poco a poco a la par de la intensidad lumínica.
Nuevamente se enciende la luz, ya con un silencio completo, y frente al telón se muestra una sala y cocina montada, hay una mesa donde está un pastel con una vela de colores encendida y repartidos se encuentran cuatro platitos vacíos, de cuatro sillas del comedor, tres están ocupadas, una por Kevin, otra por Juan Carlos, la otra por la mamá.  Los tres están callados viendo el pastel, tristes, hasta que Kevin dice –“Mamá ¿ya podemos apagar la vela y comer el pastel? No creo que llegue hoy tampoco”- -“No creo que llegue hoy por acto de magia, mi amor”- Ayuda Juan Carlos –“Debemos de confiar en que la policía la encontrará”- -“Sí mamá, es tu cumpleaños”- La mamá está más que triste, los 25 de abril nunca habían salido como ella deseaba, pero era Sabine la que más feliz la hacía. Una lágrima le sale –“Nunca debí regañarla… Yo solo quería ser linda con ella, de haber sabido lo que provocaría, me hubiera abstenido ¿qué me costaba?”- -“No es tu culpa que se hay escapado de la casa”- dice Juan Carlos, y ella menciona –“Pero ¿porqué se escaparía un día antes de mi cumpleaños?”- Suelta en llanto. Kevin y Juan Carlos la miran con tristeza sin saber qué decir –“¿Qué tal si le llevé la sorpresa porque ilusamente creí que así me regalaría algo hoy? ¿Ella sabía que era 24 de abril? Ella nunca olvidaría mi cumpleaños… Ella no era así”- Juan Carlos toma sus manos buscando confortarle –“¿Qué debo hacer Juan Carlos? ¿Qué debo hacer?”- Llora. Juan Carlos trata de contestarle, pero más que ayudar balbucea nadas sin sentido –“Oh amor, y ahora, peor que nunca, siento que talvez si tú y yo no nos hubiéramos conocido, talvez nunca hubiera huido de la casa, y siento tanta culpa al pensarlo, pues ahora tú estás aquí apoyándote, y ¿qué culpa puedes tener si nos has hecho nada más que brindarme todo tu consuelo y amor? Me siento terrible Juan Carlos, dime ¿qué puedo hacer? ¿qué hice tan terrible para provocar que mi primogénita se portara conmigo de esa manera? ¿porqué nos hizo esto?”- -“No llores mamá”- Pide Kevin a su madre al montar su mano sobre las de Juan Carlos y ella.
La escena nuevamente va tornando a negros mientras ella les exclama a sus hombres –“¿Qué debo hacer? ¿qué debo hacer?... Sabini, te extraño tanto, tanto, tanto…”- El comedor desaparece por completo entre las sombras.

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